ariadna-rc.com el año sin primavera
Salmo 44
Soneto
Gracias doy a la tarde de diciembre de 1958 en que mis padres coincidieron bajo la lluvia en una marquesina de la plaza de Callao de Madrid
A los ojos valientes del poeta Álvaro Muñoz Robledano cierta tarde de libros de enero de 2020
A la última mirada de Pipo en diciembre de 2018
A la mañana de julio de 1969 en que mi abuelo Isidro me llevó al campo a por hierba para los animales y al sabor de los churros con azúcar
Agradezco la noche de septiembre de 1972 en que salí a llorar al balcón al comprender que todos antes o después moriríamos
A un paseo por High Park un atardecer de marzo de 2016
Al crepúsculo de marzo de 2009 en que le juré a Marisol Huerta amor eterno en una playa de Isla Canela, promesa que habrá olvidado como si fuera suya
A los helados de limón y de avellana de mis muchos veranos abulenses
Al Canto del Pirata de Espronceda y al famosísimo monólogo de La vida es Sueño de Calderón que mi tío José Antonio recitaba con voz de barítono y porte de caballero allá por 1976
A la tarde de octubre de 1995 en que conocí a mi hija
A las frases finales de los tres libros de la Trilogía de la Fundación de Asimov, que debí leer hacia 1977, aunque no sé precisar exactamente la fecha
Al domingo de diciembre de 1983, poco antes de morirse, en que mi padre recitó con orgullo un poema mío del que no puedo ni podré ya nunca acordarme
A los ojos y la sonrisa de una chica alemana llamada Rita que conocí en Freissing en el verano de 1993
A la primera vez que escuché la Pasión según San Juan de Bach en octubre de 1984 en Salamanca
© Jesús Urceloy. Día de la Poesía. 21de marzo de 2020
© Ilustración Nacho Díaz
(@naaz.34)
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