Contra todos lo silencios
porSebastián Fiorilli

 

(publicado en Ariadna-rc.com en 2021 dentro del número especial "Un invierno polar")

Maxim Vengérov se ha embarcado en un pesquero para pulir su violín,
tiene que tocar el concierto en re menor de Sibelius y, para eso,
necesita un tiburón.

Está sólo con su arco,
no come, no duerme,
piensa en la mielga,
en la oscura interrogación de los pájaros,
en esas maderas que crujen como el miedo,

como la piel.

Tiene que tocarlo cuanto antes,
pero necesita el pez,
el desorden turbio de las olas,
la mancha del día y su relámpago.

Maxim Vengérov apuñala el mar
para tocar a Sibelius,
han sido tres movimientos,
secos,
discordes,
filosos.

Ahora llora sobre el cieno,
en el espejo roto del frío,
sobre el légamo azul
de la tarde,

contra todos los silencios.