Nueve Poemas
porÁlvaro Muñoz Robledano
DETECTIVES DE LA AGENCIA PINKERTON ARROJARON UNA BOMBA CONTRA LA CASA DE FRANK Y JESSE JAMES, HIRIENDO GRAVEMENTE A LA MADRE DE ESTOS Y MATANDO A SU HERMANASTRO DE OCHO AÑOS
tal vez fuera lo justo
tanto como el transcurso de las horas sentados frente a frente los esposos como en los buenos tiempos sin augurios tan solo los poemas de los otros y los platos vacíos de la cena del domingo
tal vez fuera lo justo
y ya no queda nadie que lo dude
RIZOMA
toda la noche
un ratón corriendo por el pasillo el rasguido de las uñas contra el parqué puede que su sombra interrumpiendo la línea de luz que marca el umbral de la puerta a quién llamar para que termine con esta intromisión de la historia de la herida latente en los niños abuelos en su plato de arroz vieron los uniformes
oyeron pasar pájaros
HUANG NUBO, QUE FIRMA SUS POEMAS COMO LUO YIN, SE SIENTA EN SU DESPACHO DE PRESIDENTE DE UNA EMPRESA CONSTRUCTORA
futuro en voz baja
nunca lo llamé pasado ni siquiera entonces
el hielo
todo transcurría alrededor de hogueras macilentas
siempre fui fiel a la Revolución
ACASO CREÍMOS ALGUNA VEZ QUE ERA HERMOSO
los cuadernos se rinden uno a uno
desempleo
mañanas lluviosas
poemas encanecidos
sin condiciones
APOROFOBIA
cada vagón del Metro un precipicio cada andén un documento en blanco en el cestillo de las monedas bichos invisibles como una decisión como los iconos
embarazada anciano enfermo madre y lactante
como tantos saludos
se rompieron
EL ÁRBOL DE LOS DESEOS, EL ÁRBOL DE LA MEMORIA, EL CORTE CABRÓN QUE HACE EL FILO DE UN PAPEL ENTRE LOS DEDOS
necesitamos ahora mientras paseamos por el bosque encontrar discretamente para cada plegaria su preciso asesinato y mantenerlo alejado de nosotros despierto a salvo
en su cuento infantil
RESPIRAR IMÁGENES
la tierra no permite el agua no recoge los recuerdos tangentes el borde de la copa aquí un diálogo falso con (el) otro exiliado la vergüenza
el subsidio
la superioridad con que termina vuelve noche tras noche
el rastro
el dolor
DJ EN EL SUEÑO
en este momento sobrevuela el barrio de Salamanca una bandada de gaviotas sombrías
(Larus fuscus)
como si pudieran reflejarse en las azoteas recuerdo el sueño de pocas noches atrás en el que un grupo improvisaba un tema musical y yo estaba situado frente a la máquina que me permitiría unirme a ellos pulsando una tecla pero me decía
en el sueño
que somos incapaces de soñar escritos o cifras legibles despertar
no es una consecuencia tampoco un río para gaviotas de tierra
adentro
SALA DE TRÁNSITO
tres horas para Peter Pan y el juego
un corredor tan extenso como el vértigo anterior o las aceras de la ciudad invisible a través de los ventanales tan solo la manga de acceso tras cada puerta debidamente numerada y el islote de un bar plastificado
de la mayor mentira jamás dicha
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