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Las ventanas
porC.A.Campos

 

a lo mejor sea lo más razonable:
ver por la ventana,
sentarse frente a ella con agua o licor y la radio
y ver,
cansarse uno de fijarse en lo que sobra,
en lo que falta,
en lo que sucede y no sucede
porque otra cosa está sucediendo,
porque otra cosa no lo está

pararse de cuando en cuando
para que no se te duerman los pies
y seguir mirando como el que quiere la cosa
o no la quiere,
como si fuésemos parte del paisaje
o intrusos o injertos,
seguir mirando para luego preguntarte para sí
qué cambiarías de las nubes
o qué te modificaría lo que ves
cuando te fijas en lo que no tiene interés
de ser reconocido

a lo mejor sea eso lo más responsable
y no salir y echarlo a perder,
como veo que lo haces ahora,
adentrándote en la lluvia a deshoras
y de puntillas,
en un vano intento
de sacar la pata que metiste
sin que se te vea

aunque todos se vayan,
aunque pocos sean los que se quedan en casa
contigo,
sentarse y ver y acercarse a lo lejano,
a lo ajeno
y alejarse de lo conocido,
apartarse de sí, 
ver hasta que se te cierren los ojos,
hasta que la próstata te empiece a reñir,
a lo mejor sea eso lo más cuerdo,
a lo más que uno puede aspirar

pararse de cuando en cuando
para cambiar de ángulo
y verte viendo ver por la pobre ventana
que tú mismo eres
y fijarte en las miles de otras ventanas
que te dan la espalda,
que te dan la cara,
que consuelan pero que te dan miedo a la vez,
que no saben cómo comportarse, al igual que tú
 
sentarse y tomar nota: 
lo que carece de luz,
lo que carece de oscuridad,
lo que quiere esconderse,
lo que quiere salir a la luz,
y fijarse en lo que hace daño,
en lo que puede hacer un bien
si se dejase en paz,
ver
y dejarse llevar
hasta que te des cuenta
que no vas a darte cuenta de nada

 

 

© C. A. Campos, 2021. l_tmartin@hotmail.com. Nueva Jersey, EE.UU.

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