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Dos poetas búlgaras: Hristina Komarevska y Tatyana Duhlinska
Traducción de Rossi Vas

 

Hristina Komarevska

El verano se fue sin preguntar,
entregada, no me di ni cuenta.
En el puerto reina paz,
como en la catedral vacía.
Me aíslo para escuchar
las caracolas en la playa escondidas.
La brisa sopla, el recuerdo las arropa –
la calima reflejada en los ojos.
Vendrá luego, tengo esperanza –
el veranillo reposado y calmado.
Y yo tendré a quien me susurrará
mañana, devoción y certidumbre.  

 

Tatyana Duhlinska

Cuando te pesa mucho algo,
piensa en aquellos
que te aman;
piensa en las ventanas
de la casa de tu infancia
que todavía iluminadas siguen;
piensa en las manos
que te vestían
y te hacían trenzas deslumbrantes;
piensa en la lluvia
con el aroma del verano,
en ese sol entre los granos
de uvas otoñales;
piensa en los senderos
por las colinas redondeadas,
en los aromas de las hierbas,
en los trigales,
en las estrellas más cercanas
y en el canto de los pájaros
en el silencio nocturno…
Piensa.

 



© de la traducción Rossy Vas 

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