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Quince preguntas de amor y otros poemas
porRaúl Quintana Selleras

 



Quince preguntas de amor

¿Es importante la pelea?
¿Es importante el querer?
¿O lo importante es pelear por lo querido?

¿Es más imprescindible el dolor que el amor?
¿Es más imprescindible el amor que el dolor?
¿O lo más notable es que sin la amargura del dolor, el amor no fuera tan exquisitamente dulce?

¿Acaso no soy un cuerpo, siquiera inerte, sino un alma que encontrose con la que el destino deparaba?
¿Acaso soy solo un alma que encontrose con la que buscaba?

¿Seremos pajillas que el caprichoso viento decidió separar?
¿Seremos tela del mismo atuendo?
¿Seremos llamaradas del mismo incendio?
¿Seremos pétalos de la misma flor?

¿Y yo, soy y no soy, al mismo tiempo?
¿Estoy y no estoy contigo, al mismo tiempo?
¿Te amo y te amo, al mismo tiempo?


Eres solamente


Eres solamente el hálito que emana la luz
pero iluminas mi oscuridad.

Eres solamente un líquido fusiforme
pero constituyes la savia de mis ramas.

Eres solamente energía incoherente
pero guías la locomoción de mis dedos.

Eres solamente un cabello en vaivén
pero me apartas de la calvicie intelectual.

Eres solamente un gramo de romanticismo
pero te comparo con el más fulgoroso orto.

Eres solamente un grano de arena
pero más alta que lo excelsísimo.

Eres solamente una sonrisa pasajera
pero ruborizas mi tristeza, y a Chaplin, y a Aristófanes.

Eres solamente una leve brisa
pero puedes resquebrajar diez Armadas Invencibles.

Eres solamente una mera mortal
pero sabes alejarme del Sheol.

Eres solamente una dama sencilla
pero no te igualan ni Julieta, ni Odette, ni Eyre.

           

Gracias


Gracias por hacer de mis piernas móviles al amor.

Gracias por hacer de mi estómago órgano crujiente en tu ausencia y palpitante en tu presencia.

Gracias por hacer de mi corazón emporio de goce.

Gracias por hacer de mi cuello versátil estructura, que inherentemente, síguete.

Gracias por hacer de mi testa porción trastornada e hipnotizada.

Gracias por hacer de mis labios portadores baldíos de tu belleza.

Gracias por hacer de mi lengua ávida adicta de sabor ambrosíaco.

Gracias por hacer de mis manos medidoras de escultural figura.

Gracias por hacer de mis orejas perceptoras de mesiánica sinfonía.

Gracias por hacer de mis ojos admiradores de torneadas facciones.

Y, gracias, por hacer de mi cerebro; y de mi vida, continuación e infinito alargamiento.

 

 

 


© Raúl Quintana Selleras 

77ariadna