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Poemas
porMarta Braier


 

Mujer sentada

Pero sé que debo hablar de esa puerta,
en un hotel para turistas de la calle Cangallo.

Recuerdo con nitidez un finísimo rayo de sol
y las partículas del aire jugando con la luz.
(Ah el sencillo fulgor de una habitación en penumbras.)

Estoy sentada sobre un sucio cobertor.

El conserje me entregó la llave de la diecinueve
y miró con cara de nada
cuando le hablé de tiempo de sosiego.

Cerró la puerta y me dejó queriendo comprender.

(Los mosaicos hacían muecas con su geometría.)

Poco importa si por la calle pasa un hombre,
si hay una fábrica, un frigorífico o muchos árboles.
Pero, el aire. ¿Entra por los pulmones, sale o permanece?

¿Qué hago, qué hago aquí,
en un cuadrado sórdido y ajeno?
Ajeno. Sórdido.Agujero del mundo, digo.

Sentada sobre un sucio cobertor.

 

(de “Gestos de minué”)

 

La carcoma

en la madrugada
sube por las calles
un liedde Schubert

        sube      baja     gime

es Ella otra vez
Canta

entre cartones canta
en una lengua extraña

y corre baba, ¿oís?

un himno grotesco
mece la ciudad.

 

(de “Ésta es la tierra, corazón”)

 

C´est  si  bon

     El piano
dejaba oír suaves notas
y la casa latía

Era  cierta la tarde
en la ventana

Ahora
todo es precario, leve, azaroso
bellamente humano

Acaso
el peso de mi cuerpo
sea la única certeza

Ésta es la tierra, corazón:
hebras de luz
un acorde sencillo.

 

(de “Ésta es la tierra, corazón”)

 

Es la llegada de los panaderos del aire

la abuela dice que hay que pedir un deseo y soplar fuerte
para que el deseo se cumpla

ella pide: ahí va

 

(el deseo)

 

(de “El río secreto”)

 

Algo se gesta en la sala de espera algo que flota sobre los
cuerpos y las cosas y elaire del verano es aún más denso

las voces han ido apagándose entre las mujeres y la tarde se hace
pesada y cómplice

nadie se mirahay ojos estacionados en un punto y un sabor
amargo en las bocas

gatos hambrientos las mujeres dejan soltar una mueca hostil
y melancólica
                                                                      

(de “El río secreto”)

 

El techo del comedor de lujo gotea

Antonia ha puesto un balde y el padre ha subido a la terraza
para encontrar el origen

qué origen      no hay origen     hay un agua que corre y no cesa

las gotas son cada vez más anchas y la casa hace música de
goterones

el balde en el centro como un dios indiferente

 

(con música de Cage)

 

(de “El río secreto”)

 

 

 


© Marta Braier

75ariadna