índice del número


Me internan en el deshonor

por Peregrina Flor

 

 

Es bonita la química entre hombre y mujer, pero dicen que dura poco, que termina, no lo tengo claro, pero supongo que no.

Los hombres que me hicieron sentir mujer siguen en mi corazón, cuando les veo aún tiemblo y sé que la química sigue allí, entorpeciendo mi camino, mis pasos, pensamientos.

Voy viendo cómo pasan los años y a la química no le dan importancia, no la estudian a fondo porque no se me declaran a pesar de sentir lo mismo que yo. Prefieren vivir así, con esa química muerta antes que con una química compensada, antes que uniéndose a mí, si bien yo no sé qué haría si me lo pidieran porque ya son tres los hombres por los que sentí “química” y tres fueron los que me hicieron ir más despacio, dormir peor, retrasar proyectos. Por eso hoy pienso que es mejor pasar de la química y dejar que me roben dinero y honor pero que me dejen seguir siendo libre.

Ver para otro lado, me casaré con aquel otro hombre bueno que me quiera, aunque sea barrendero u obrero, no lo sé, pero por lo menos es un amor sin tormentos que si se sabe llevar, irá bien.

La verdad es que creo que hice de mi vida un reality show, y al menos en este país la vida no es novela y el amor va por otros senderos que no son el de sentir atracción, entrega, religión, convicción de la existencia de un alma gemela o una media naranja.

Aquí pesa el dinero, la condición social, quizás en todos los países pese y pase igual y yo, francamente, estoy harta de las diferencias y me gustaría una sociedad más igualitaria y felizzzz, más de novela del sur que tiene final alegre y no que pase como me pasó:

—Que Ghabritielt, un señor con el que no llegara a nada hace muchos años, se me declara diez años después de dejarnos porque con quien deseaba casarse realmente era conmigo, pero las presiones familiares, las desigualdades, todo un mundo a su alrededor se lo han impedido. Hoy me río.

—Que se vaya a la basura, no quiero volver a verle, si le va mal que se busque otra mujer, con o sin química, de ciencias o de letras, pero no con esta que ahora escribe.

Viviré con la química dentro de mí haciendo burbujas, viendo este mundo que espero dejar de mirar algún día e irme muy lejos, pero ellos se quedarán aquí, repitiendo curso y volviendo a tener otras mujeres entre las que jamás estaré yo. Me serán muchas veces infieles y yo desde el Paraíso no quiero ni enterarme de lo que hagan ni de cuantos hijos más tienen.

Me he ganado las alturas porque creo que hay que dejar que los sentimientos afloren y respetarlos, no pisarlos.

Pero tengo una buena noticia, jamás he sufrido porque la que comete el mayor fallo no soy yo, son ellos, los que lo pagarán muy caro no seré yo sino ellos. Y los que se acordarán de todos los santos cada vez que me recuerden serán nuevamente esos infelices, porque a mí me han dejado sin nada que sentir, sin recuerdos que tiren de mí, sin ganas de volverles a ver y con una tranquilidad espiritual que catalogaría de incomparable.

 


© Peregrina Flor


71ariadna