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Triste la lluvia
porFelipe Fernández Sánchez

 

 

Triste la lluvia

 

Escondido tras los cristales, unas gotas de lluvia perezosa, de esa fina lluvia que nunca termina de caer.

Entre huesos frágiles por el tiempo transcurrido,

En medio de vísceras desaparecidas

O tal vez mezcladas con la tierra

Que nos sustenta.

Hay esperanza.

Entre gruñidos y peleas

Por las propias convicciones

Y las ajenas.

Hay miedo.

Entre mi fe y la de otros.

Hay fronteras

Que no se deben cruzar

La aceptación del otro me vuelve débil.

Si considero su punto de vista

No seré capaz de firmar

Su sentencia de muerte

 

Dispongo de vastas certezas para regalar.

Todos aceptarán mis juicios

Soy un sabio.

 

Reflejos.

 

El sol entre claros lanza sus manojos de fotones y se reflejan en la perezosa gota de agua suspendida en el aire, en su laxitud nos devuelve un arco iris.

Lanza el sol sus mensajes

Las recogen

Gotas de lluvia perezosa

Y en su pereza nos devuelven colores.

 

El Arco Iris se forma en las gotas de lluvia

Son las gotas ligeras

De quién no quiere caer.

 

Las gotas suspendidas en el aire. Libres y ligeras, dilatan el momento de mojar la tierra.

No quiere caer la lluvia, prefiere volar ligera.

Nadar por el aire.

Flotar.

Sueñan por un momento, suspendidas, antigravosas, volar eternas por el espacio, balanceando tranquilas, fútiles, soñando.

Lanza el sol su mensaje blanco, lo devuelven de colores.

Partiendo de su forma, un tenue arco.

Un arco Iris que se deposita fugaz en tus labios.

Desde el cielo a sus mejillas.

Los colores del mundo la engalanan.

Todas las gotas de la lluvia suspendida están enamoradas.

Todas las gotas juntas imaginan dedos de colores para llegar a tu boca.

 

Ha salido el sol decidido ha castigar con todas sus fuerzas, el plantón en la maceta, ésta, impertérrita, recibe la luz sin problemas.

La maceta recién regada la provee de lo necesario para florecer, al final, el sol contento acaricia los pétalos de las flores nascentes con su mejor sonrisa.

Y desde muy lejos nos visita la brisa, la brisa suave que refresca sin enfriar.

 

 

En el sur

 

El fruto del limonero

Pende verticalmente sobre la tierra

 

A plomo sobre la tierra

No cede rama bajo su peso,

Permanece resistiendo

En su fuerte brazo de joven madera

Amarillo espléndido

Entre las hojas verdes del limonero

 

Una flor blanca se insinúa

Un fruto para el futuro

Limones en el limonero.

 

La suave lluvia no espanta

Al pájaro, ni a su trino

Impertérrito

Con su voz al cielo nublado,

Rogando.

 

Hojas verdes de limonero

Perlas en su haz

En las ramas, los pajarillos del sur.

 

 

 

© Felipe Fernández Sánchez. Vine al mundo en Madrid mediado el siglo veinte, por azares del destino terminé trabajando en el mundo bibliotecario. Sin motivo aparente, soy de los que disfrutan leyendo: al poco tiempo, con una chispa de ingenio a lo que soy proclive, me percaté de que eso era lo mío, aún me acuerdo cuando descubrí Bartleby el escribiente de Hermann Melville cuando lo colocaba en su lugar. Pasado el tiempo me dio por escribir, fruto de ello es el blog “Inverosímil_felipe” //inverosimilfelipe.blogspot.com.es/ en el que consigo comentarios amables de familiares y amigos. Item más, se me ocurrió lanzarme a Internet y han tenido a bien publicarme pequeños relatos en Sci-Fdi, Prosofagia, Planetas Prohibidos, Ariadna rc y Letralia Tierra de Letras. Ariadna rc publicó además un poema.

 

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