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El Dios del alfarero

por José Manuel Alfaro Basilio

 

Juan era un alfarero que recogía arcilla del campo.

En su taller esculpió con sus propias manos la figura de un cristo que luego regaló a un amigo cura.

El cura bendijo la imagen y la colocó en un pequeño altar sin que lo supiera su amigo benefactor.

Los domingos, el alfarero iba a la iglesia con su mujer y sus hijos, oían misa y rezaban con fe cristiana.

Pero lo que más gustaba a Juan, era dar gracias: “…gracias por lo que tengo, gracias por lo que quiero, gracias por lo que soy”…; cuando después de acercarse al altar y recibir la comunión de manos del cura se quedó por un momento perplejo mirando el Cristo. Seguidamente, declinando con lentitud su cabeza,…, mirándose las manos.

¿Qué te pasa Juan? ¿Qué miras? –le preguntó su mujer extrañada.

Miro al dios que llevo dentro –le contestó con ánimo sereno.

 


© José Manuel Alfaro Basilio. San Fernando (Cádiz) 1957


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