Las horas en los claustros románicos del Monasterios de Santes Creus
por María Teresa Bravo Bañón
Siempre he comparado el trabajo poético con el recogimiento de un claustro del Císter , esa labor callada del “scriptorium” de los monasterios medievales, donde los monjes curvados sobre sus pergaminos ,se dedicaron a morosamente,a copiar los libros . Sin esa labor se hubiera perdido gran parte del legado de la antigüedad clásica . Mientras los señores de la guerra siempre se dedicaron a quemar bibliotecas, los monjes se dedicaron a sembrar cultura, a guardarla ya transmitirla .
La poesía ha de ser ese mundo íntimo, esa introspección necesaria y fructífera, pero también el mundo del reposo, de la obra que necesita su tiempo para formarse, como el mejor vino. En un mundo de prisas, de éxitos fulgurantes, de bet-sellers que al cabo de 10 años nadie recuerda, reivindico el tiempo necesario para fructificar una obra con solera.
He aquí estos poemas como un poco de mi mejor vino añejo, espero que os embriague lo suficiente como deleitaros con calma; están inspirados en mis paseos por los claustros del monasterio cisterciense de Santes Creus (siglo XII) Tarragona, España , con la HORAS MONÁSTICAS fijadas en lo intemporal de sus piedras, fuentes, cipreses y naranjos .
ANTES DE MAITINES
Antes de maitines
te dejaré una rosa de los vientos
al pie del buzón de las cartas electrónicas.
Recogeré un fragmento de cometa
para soltar su rastro lumninar
en tu pantalla.
Plagiaré un arco-iris
para regalarte unos versos de acuarela .
Y después me recogeré
hacia el cenobio del ensueño
donde cúpulas turquesas
y balandros atardecidos
navegarán hacia ti
en mi almohada .
LUZ DE LAUDES
Penden los últimos frutos
en las ramas más altas
para sustento de aves fugitivas
que inician el largo rumbo
hacia la Patria del Equinoccio.
Mientras los gorriones tiritan
bajo aleros de creciente escarcha
esperando el tibio refugio
de unas manos misedicordiosas.
HORA PRIMA
He arañado tu nombre en la piel de los cipreses
y han sangrado savia de mil años .
Suéñame en la umbría cerúlea
de las palmeras de alabastro,
muy cerca dl naranjo que mece,
indistinto, azahares y gorriones;
al borde de la fuente por donde la Eternidad
gotea en humilde burbujeo.
Guárdame en esta mágica redoma de luz zafiral,
para que la cicatriz del tiempo o pueda
mutarme los labios de dulcísima espera .
HORA TERCIA
DE FUGACIDAD Y OLVIDO CON PERMISO DE JORGE MANRIQUE
Aristas de viento limitan nuestras vidas
escritas sobre nervaduras de hojas secas.
Vivimos escribiendo con pabilos de un verbo
que extingue su continente mágico de símbolos,
tan solo para transformarse en estrellas de silencio.
Somos alfabetos tatuados sobre el glaciar
que una primavera, desgajado en iceberg,
se fundirá en lágrimas de olvido sobre el Océano.
Existimos entre un parpadeo de una Nada a otra Nada.
y con estelas de espuma o con jirones de nubes
pretendemos dar al ortografía correcta
a cada latido, a cada sueño que perdemos.
HORA SEXTA
DE FRAGILIDAD Y OLVIDO
(La reina Violante de Bar escribe al escultor de capiteles Reinald de Fonoll)
No sé leer tus oscuros mensajes
que, con cincel y escoplo
amansaste en el alabastro, la caliza,
el barro o la madera de mi materia.
Extrajiste el pórfido sobrante ,
lo fútil y vacuo de los
complementos circunstanciales
hasta dejarme solo la raíz
pétrea del espíritu.
Y donde tu voluntad
quiso inscribir fuerza y constancia
me tornó de tal fragilidad,
cual quemada página de un libro
trasluciendo un quebrado vuelo
de naturaleza muerta.
Temblando siempre por si un soplo de brisa
esparce mis desmayados días
o por la gota de rocío que disuelva
el rastro de ceniza que va dejando
tan peregrino pulso entre las estrellas.
HORA NONA
DÍAS BLANCOS
Como perros fieles que acuden
son los días de tibieza.
Humildes puentes de lluvia alba,
de tan franciscana candidez
que el soplo de una mariposa
podría sonrojarlos .
Días de serena beatitud
a la sombra inmaculada del ábside.
Días sin espera,
sin memoria,
días blancos.
HORA DE VÍSPERAS
No fui madre,
( Señor, ese fue para mí
el más gravoso de mis votos).
Lloro por dentro.
Hay un pajarillo que desde el ciprés
vuela a mi mano
limosneándome las migas
que me hurto de mi escaso pan,
para su agradecida pitanza .
Me reconforta su piar,
el roce de sus plumas,
su buchecillo lleno..
Eleva la volada
y lo llamo hijo.
HORA DE COMPLETAS
EL NOVICIO
De nada me sirvió la clausura,
la fuga del Mundo y sus placeres,
si ella aún es lacería en mi costado.
Aquí vegeto por entre ánimas
que buscan la perfección
anestesiando la carne,
entregándola a cilicio, el ayuno
y el rezo hasta el desmayo;
pero yo tengo el cilicio de su nombre,
lazado al corazón como alambrada .
Me entrego a la oración entre las sombras,
disuelvo mi lengua en perpetua jaculatoria
y se me escapan versos de transido amor.
Me arranco los párpados del sueño,
para no soñarla entre las hijas de la Tierra
Y ella viene a mi sueño vencido ,
ofreciéndome el dulce temblor de sus pechos.
Misere mei, misere mei,Deus*
que solo sueño,
Miserere mei, miserere mei,Deus
que aún la amo.
Miserere mei, miserere mei, Deus
que sólo soy un hombre.
* "Ten piedad de mí, oh Dios"
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