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Cuatro poemas
por Carlos Sánchez


Goyesca

Anduve por la Casa del Sordo Prado
entre brujas negras y gigante voraz
vi pelear a los hermanos
- una historia bastante repetida –
y a la futura viuda probándose el vestido.
Ante tantos espectros me sentí como a casa
ante tanta pesadilla en la mía.
Sólo el perro al final
hundido en su desgracia
me sacó con su mirada sin ladrido
de todo ese mundo familiar.

Museo del Prado
22 Abril 2010

 

Dono

Se nos escapa se nos escapa
se nos escapa
el mañana es una enfermedad
la enfermedad del mañana.
Aquí ahora
antes que explote el kamikaze
antes que reviente el universo
antes que el misterio se haga pedazos
y no tengamos cuerpo para arrepentirnos.
Se nos escapa se nos escapa.
Abre las manos y el corazón
abre esta vida indivisible
única
abre las puertas y las ventanas
antes que se nos escape.

Folignano
14 luglio 2010

 

En este mar

 

El viento y su rumor de lejanías
pasa de ventana a ventana
como un peinador de papeles sueltos
de puertas entreabiertas
y ordena con su lógica
el sujetivo orden de mi vida.
Se filtra en este mar de aire
me hace nadar de inmensidad
en este punto incierto.
Los fantasmas burlones
que viven en la casa
desordenan mis libros
y mis recuerdos tartamudos.
Perfumes de tilos
de acacias y carne asada
se dejan transportar por las olas
en la alta marea del poblado.
No tengo preocupaciones nuevas
mientras garabateo esta poesía
de lentos ciempiés
no me asaltan las dudas
que van quedando sin respuesta
ni los platos voladores
ni la putrefacción de este sistema
en este mar de aire que respiro.

23 de marzo 2010
Folignano

 

Admitiendo que pueda suceder

 

Cuando yo muera
—admitiendo que ello pueda suceder—
te suplico que seas reservada
no malgaste tus intuición
en comportamientos tercos
no te aferres a ninguna fantasía
de reencarnación posible.
No dejes abiertas las puertas
ni cierres tu corazón.
No tendré voz ni gestos
para advertirte sobre el cambio.
Mis ojos pulverizados
no creo que podrán contemplarte
navegando sin forma en el viento
—sería quizás su única aspiración—.
No te aferres a ninguna conjetura
a nada que yo pudiera haber merecido.
Me iré liviano de recursos
con las uñas y la barba laboriosas
que me acompañaran en silencio
en su última expresión de crecimiento.
Desásete de los todos los objetos
que yo hacia existir con mi aliento
crea los espacio vacíos que amábamos.
Estoy elaborando sólo una suposición
que me resulta difícil eliminar de las certezas.

 

 

 

© Carlos Sánchez

 

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