RESEÑAS Y ARTÍCULOS

A R I A D N A - R C . c om

[número cuarenta edición verano 2008]

s e p t i e m b r e


i m p r i m i r 


v o l v e r

 


David Torres
Niños de Tiza
Algaida, Sevilla 2008

por Álvaro Muñoz Robledano

 

Negar a estas alturas nuestra amistad con David Torres sería, más que hipócrita, ridículo. Que el avezado lector de nuestra revista sepa de la consideración que David nos merece facilita las cosas. Bastará una frase para expresar lo que he sentido al leer Niños de tiza:

Lo ha vuelto a hacer.

Muchas cosas han cambiado en la vida de David desde El Mar en Ruinas. Obviamente, omitiré los hechos privados. En lo público, ha dejado de ser el joven escritor, etiqueta maldita como pocas, que despuntaba entre los de su generación, para convertirse en una de las realidades más firmes de la literatura en español. Si alguien cree que exagero, que me hable de cinco escritores menores de cincuenta años a los que el señor Torres tenga que envidiar en algo. Se ha hecho un sitio como articulista en las páginas del diario El Mundo; cierto es que en bastantes ocasiones no coincidimos con su opinión, como es cierto que sabe encajar las críticas y ver, más allá de las fugaces palabras políticas, a la persona que las pronuncia. Otros muchos medios cuentan con su colaboración, y últimamente se le ha visto rezongando por las televisiones, manifestando a las claras lo mal que le caen unos y lo peor que le caen los otros. Si soy sincero, debo reconocer que tanto vaivén público me tenía un poco preocupado; la facilidad con la que hilvana sus artículos hacía temer por el trabajo de altura, el que exige todo el aire de los pulmones y la extenuación de los músculos. Por suerte, hay silencios que los días no pueden horadar, que están fuera de su zafio dominio. Y los silencios de David Torres son, quizás, uno de los mayores peligros a los que se enfrenta este tiempo inane.

Roberto Esteban, el antiguo boxeador degradado a matón, ex alcohólico, sordo salvo para una pieza de música que resuena en su cabeza como un réquiem que se demora inacabablemente, aquel personaje que recorrió la ciudad en la que vivía para descubrir que era un extraño en ella, regresa a su barrio, por el que han pasado los años que él nunca percibió. Su gran error, el nuestro, es pretender que nuestra infancia nos espere agazapada en los rincones. Nos ocurre siempre que vamos de visita a casa de nuestros padres, cuando nos asomamos a nuestro viejo cuarto creyendo que bastará con eso para que reaparezcan aquellos juegos. Sólo que la casa de Roberto Esteban es brutal, como lo es el confín de las ciudades, los barrios surgidos de la inmigración desde el campo, del desarrollismo chabacano e informe en el que tantas esperanzas se estrellaron sin que sus poseedores lo percibieran. La niñez de Roberto Esteban no es la mía, aunque ambas transcurriesen en el mismo lapso temporal, la tan gloriosa transición que nuestros hermanos mayores cumplieron con inimaginable ejemplaridad. En mi niñez había miedo, a los vampiros, a los muertos vivientes, a los ruidos nocturnos, a dormir solo, a lo que escuchaba de las conversaciones de los mayores, asustados por una debacle que se produciría, irremediablemente, a la semana siguiente, y así semana tras semana. También había mimos, el último Madelman, vacaciones en la costa de Alicante y papá y mamá que me protegían de los matoncillos (no llegaban a más) del barrio. En la de Esteban no, no quedaba un hueco para el consuelo porque no había sitio para el miedo, porque en las peleas de los descampados no salvaba la campana, ni un árbitro vigilaba la limpieza de los golpes, porque en los confines de la ciudad, durante aquella niñez y hoy en día, el que llora recibe más. Ya dije en una ocasión, y repito aquí con más motivo, que lo que distingue a David Torres es su brutal instinto para lo humano. El vigor con el que consigue alzar a sus personajes de las palabras que los forman va más allá del mero estilo; parece increíble que un tipo con tanta literatura a las espaldas como David, metido en una novela que se circunscribe a las normas del género negro, tanto que la hemos visto mencionada en casi todos los foros especializados, lo que me resulta injusto por reductor , sea capaz de no desperdiciar una sola línea en tópicos, en reacciones esperadas, en respuestas de telefilm. Los niños de tiza van surgiendo a borbotones, inconteniblemente, socavando la seguridad de nuestro pasado, de nuestro buen hacer entonces y ahora, de este presente que creemos merecernos. No hay fantasmas de la niñez. Están en los barrios que nos rodean. David Torres ha colocado a Roberto Esteban ante los suyos. Su niñez no fue un espejo deformante, sino el primero de los muchos puñetazos que le esperaban.

Quizás podamos esperar aún algo de la novela; suelo ser pesimista al respecto, pero David Torres ocupa su rincón dispuesto a fajarse para que su género, porque es más suyo a cada página, resista un poco más antes de arrojar definitivamente la toalla.


A.M.R.

© Alvaro Muñoz Robledano Nació en Madrid en 1965. Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado los libros: “Fotografías junto al pecio” (Málaga 1991), “Hoteles” (Madrid 1996), y “Cuartel de Invierno” (Madrid 2000). Colaborador de ariadna-rc desde sus comienzos donde ha publicado su "Breve historia de la lucha de clases" (2003). Su último poemario "Salvoconductos" ha resultado ganador del III Premio Café MOn 2006.


Carmen Martin Gaite: El espíritu de superación

Obras Completas de Carmen Martín Gaite. Novelas I
Galaxia Gutemberg, 2008

por María Aixa Sanz

Por primera vez se ofrece al lector las obras completas de Carmen Martín Gaite, ordenadas en siete volúmenes y bajo la dirección de José Teruel, profesor de Literatura española en la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en la obra de la autora. El Volumen I de las obras completas de Carmen Martín Gaite recoge las novelas publicadas en el período comprendido entre 1955 y 1978: “Entre visillos”, “Ritmo lento”, “Retahílas”, “Fragmentos de interior”, “El cuarto de atrás”.

Las personas tendemos al olvido. No es reprochable. Es tan solo es una característica humana. Tendemos al olvido y entonces buscamos en las novedades lo que una vez conocimos. Hoy en día, cuando el siglo veintiuno ya hace algún año que dejó atrás su comienzo: la literatura española no puede presumir de tener entre sus plumas, a alguna, con una coherencia en su trayectoria literaria y en su buen hacer sobre los folios en blanco, como lo fue en su día, la de Carmen Martín Gaite.

En estos días hay escritores que pueden tener una novela buena o dos entre todas las que han escrito. A veces ocurre el milagro y encontramos lo que no creíamos que fuese posible encontrar. Con el paso de los años resistirán en el tiempo un par de nombres que ya se vislumbran, ante los cuales podremos quitarnos el sombrero cuando tengamos delante toda su trayectoria literaria. Pero no más. De haber hay: buenos escritores, escritoras y novelas. Pero no hay trayectorias literarias a las que poder aplaudir.

En cierta manera resulta extraño o no.

Tal vez, lo que falta es fe en el oficio.

Escribir es un oficio de fe, de tiempo, de disciplina, de soledad y de superación.

Quizás lo que falta hoy en día es el espíritu de superación y capacidad de disciplina. (Quizás estemos ahora mismo en un mundo en el que todo vale y donde la exigencia es mínima y la calidad ha dejado de ser una cualidad).

Si ha habido en España una escritora que encarna a la perfección el espíritu de superación es sin duda: CARMEN MARTIN GAITE . Que empezó a escribir con ocho años y no se detuvo hasta un mes y medio antes de fallecer el 23 de julio de 2000, a los setenta y cinco años.

Su trayectoria literaria la hace ser la escritora esencial, única y referente en la literatura española del siglo veinte. Su obra abarca a todos los públicos, fue superando los escollos del oficio, sin abandonar las ganas de crear cada día algo nuevo, diferente y especial. Sin acomodarse nunca en lo que ya escribió. Sus novelas se reeditan una y otra vez, porque en ellas podemos encontrar historias para cada tipo de lector, por ejemplo: “Nubosidad Variable” (novela contemporánea para todos), “Irse de casa” (novela para los que les gusta seguir una trama compleja), “La Reina de las Nieves” (novela para quien prefiere mezclar la fantasía con la realidad), “Retahílas” (novela para lectores de soliloquios que les hagan pensar y no perder el hilo), “El cuarto de atrás” (novela para los que se deleitan conociendo los entresijos de los escritores), “El castillo de las tres murallas” ( narración para lectores de entre ocho a ochenta y ocho años). En este artículo a modo de homenaje dejo muchos títulos en el tintero…, ensayos, traducciones.

Carmen siempre iba acompañada de un cuaderno donde poder anotar las frases que la acariciaban en el lugar menos pensado. Palabras que acariciaban su mente y su alma. También siempre le acompañó la estilográfica que le regaló su padre, agarrándose a ella, como el náufrago que se agarra a la tabla que no le dejará hundirse.

Carmen Martín Gaite demostró y sus libros nos siguen demostrando día tras día, que creía firmemente en el oficio de escritora pues de el dijo comparándolo con otros oficios que: "Un carpintero que ha construido una mesa sólida puede estar relativamente seguro de que ya ha aprendido a hacer mesas, pero a un escritor nadie le garantiza que, porque ha escrito un libro, el próximo que escriba tenga que ser mejor ni tan siquiera bueno". Con estas palabras confirma su espíritu de superación y el valor de la disciplina. Lo que es lo mismo que tener fe en el oficio y en la vocación.

El oficio de la escritura es un aprendizaje que nunca acaba, se renueva cada vez que los que nos dedicamos a esto tenemos delante una hoja en blanco.

La Gaite tenía una gran fe en su vocación y en su oficio y eso se reflejó en su trayectoria literaria, como ella misma dijo en su día parafraseando a Teresa de Calcuta: "Una grande y determinada determinación de no parar hasta llegar, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabaje lo que trabajare, murmure quien murmurare, siquiera me muera en el camino, siquiera se hunda el mundo".

Señores, Señoras, les recomiendo humildemente la lectura de la obra de esta gran escritora.


© MARIA AIXA SANZ, (Alcalà de Xivert, 1973). Diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad Jaume I de Castellón.Debuta en el año 1998 en la literatura con el relato “Tetrarca del reino de la nada” que le abre las puertas editoriales para participar en diversas antologías colectivas de cuentos y revistas literarias. ‘EL PASADO ES UN REGALO’, la publicación de su primera novela en el año 2000 le otorga gran éxito de público, al que le acompaña en el año 2001, la publicación de la segunda novela ‘LA ESCENA’ . Su tercera novela: ‘ANTES DEL ULTIMO SUSPIRO’ aparece publicada en Otoño de 2006 en diversos formatos. Finalista del IV Certamen “Edisena” de cuentos Cortos-Cortos, con ‘Peregrinaje de un derrotado’. Publicado en el libro el Cuarto de los Cuentos. El relato ‘Lindo O. Santos’, en el año 2002 es escogido por la editorial Torremozas para representar a la literatura española en un libro de cuentos junto con otros ocho países de Hispanoamérica. Esta participación genera criticas extraordinarias que la dan a conocer en la prensa de América del Sur. En julio de 2006 aparece publicado el relato: ‘Nerina Rombaldoni’ en la internacional y prestigiosa revista Voces. Colaboradora fija con artículos sobre literatura en el periódico ‘Etcétera’ de Zaragoza desde el año 2001, distribuido por España, México, Argentina, Chile y Perú. Y en las revistas: ‘Dosdoce’, ‘Nemeton’, ‘Mainhardt’, ‘Almiar - Margen Cero’, ‘Literaturas.com’ y ‘Palabras Diversas’. Sus artículos para el fomento de la lectura también se publican en el periódico ‘Etc. Magazine’ de Buenos Aires, Argentina, en la web ‘Libreros’ de Caracas, Venezuela, la revista ‘Destiempos’ de México D.F. y en la revista ‘Remolinos' de Lima, Perú. Corresponsal desde Castellón de la revista ‘Literarte' de Buenos Aires.


Poetas que no hacen ruido
por Hertha Gallego de Torres

Catorce poetas riojanos en las jornadas de poesía en español
Edición de Alfonso Martínez Galilea
Cultural Rioja, Logroño, 2008
ISBN: 978-84-8958343-6

Sobre andamios de humo
Alejandro Céspedes
Ediciones Vitrubio
Colección Baños del Carmen nº 153, Madrid, 2008.

 

Tengo en mis manos estos días dos hermosos volúmenes de poesía, de ésa que no hace ruido “mediático” como se suele decir al uso actual, pero sí que despierta resonancias sonoras, y mueve ligeramente el alma, cosa peligrosa, porque, como en los violines, a poco que la demos un golpecito, se va todo al traste…Y empezaré por catorce vates , que han realizado unas hondísimas jornadas de poesía en Cultural Rioja, sitio en donde no sólo se escuchan conciertos muy interesantes, sino donde se cultiva la escritura, y el arte en general (baste ver sus magníficas exposiciones).

Los doscientos poemas reunidos, que se leen con prisa, con melancolía, con urgencia, ¡con gusto! contienen innumerables alusiones musicales. Manuel de las Rivas (1936) nos dice, en los primeros cuatro versos que abren tan precioso libro: “Pienso en las viejas cobardías / las irremediables / las que me llevaron por esta senda / de pájaros sin canción”. José Ramo (1945) suspira “Pero volvemos a abrazarnos en el sueño adverso,/pisamos el desvelo/ y la canción no acude a nuestros labios”.

 

Ah, estos poetas de provincia… Será el asturiano Roberto Iglesias (1946) el que exclame “ Somos poetas provincianos,

De escalofrío y de intemperie,

Provincianitos españoles,

Mínimamente compasivos,

Mínimamente enamorados (…)

Huérfanos de músicas lunas,

De agonizantes floripondios,

Pero puros éticamente,

Históricamente veraces (…)

Ciertamente irreconocibles

En la sima de los olvidos”

 

¿Qué esto no os convence? ¿Queréis historia de la música pura y dura? Luis Martínez de Mingo (1948) cita a los barrocos. “Así me instala certero el azar

entre aquellas horas

ensanchadas de ocio y amistad

con Haendel y Vivaldi

empapándonos la concavidad de las palabras

el whisky, los coñacs, el humo…”

 

¡No, no y no¡ ¡Cítanos poesía más sensorial, menos “experiencial”! Esperad, que viene Javier Pérez Escotado(1951)citando sibilinamente a Gil-Albert en “Aurea mediocritas”, en donde habla de “música que se destapa / con placer y compañía”…

¿Por qué Francisco Ibernia(1953) habla de un “piso musical y triste” que me recuerda los que yo frecuentaba en mi juventud? Ah, y Raúl Eguizábal(1955) con “el reloj, las figuras negras, la caja de música”, el libro sin cortar, (la infancia, no hay duda). Oigo a Mompou mientras leo y Desiderio C. Morga (1959), como si se hiciera eco del registro, susurra “Venían los aromas / cargados de esa música callada”. Luego pongo “Improperios”. “Al fondo una orquesta templa, es un decir, lejanos, rústicos instrumentos” (Pedro Santana, 1960).

“Desconozco por qué la madrugada / música lenta, carrusel desnudo,/ va y viene por las tapias, por los bares (…)” desgrana desapasionadamente Paulino Lorenzo(1975). Ah, los bares, “todos los bares son el mismo bar: / un tumulto de nucas, vidrio y música”. Sí, sí… José Ignacio Foronda (1961) nos está recordando esa vaga y tenue sensación de estar que se sentía en las islas y en los bares, y que supo cantar como nadie Gil de Biedma. “Y es el naufragio a veces isla extraña, / mi ajena habitación o algún recuerdo. / Al perdido compás suenan las flautas” (Juan Manuel González Zapatero, 1961)

El libro de Alejandro Céspedes (1958) “Sobre andamios de humo” que publica Vitrubio, es una recopilación de toda su obra poética hasta la fecha, con la inclusión de “Y con esto termino de hablar sobre el amor”, texto donde ha reescrito “Muchacho que surgiste”, “Tú, mi secreta isla” y “La noche y sus consejos”. Ello nos permite volver a recuperar textos inencontrables y que echábamos de menos, como “James Dean, amor que me prohíbes” publicado en esa inolvidable editorial Pamiela que tantos y tan magníficos poetas acogió.

 

“Hay canciones que son como un galope./

Dibujan trastornados jeroglíficos

Sobre un hilo de aire que abandona

La amable hospedería del encaje.

Canciones que son cactus

Columpiándose (…)”

 

Convoco desde aquí a nuestros maestros del punto (Carlos Cruz de Castro, Javier Jacinto, Zulema de la Cruz, Consuelo Díez, Alvaro Guijarro , Ramón Paús, Sebastián Mariné, Jacobo Durán-Lóriga y tantos otros que se me escapan no del tintero, sino del limbo inasible del ordenador) para que imantados por estas letras, no se desvíen un solo momento, sino que ordenen sus acordes y sus sones y produzcan una obra maravillosa.

 


© Hertha Gallego de Torres . Nace en Madrid, en donde comienza sus estudios musicales en el Real Conservatorio Superior de Música de esta ciudad. Es licenciada en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado como documentalista para la Fundación Isaac Albéniz (Exposición “ Rubinstein y España” , 1987), Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero y en la Biblioteca de Música Española Contemporánea de la Fundación Juan March. Ha organizado las exposiciones “ Jacinto Guerrero, 1895- 1995” celebradas en el Teatro de Madrid, Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y Centro Cultural “La Solana” en Ciudad Real, y de la exposición “ Pablo Sorozábal: La tabernera del puerto ” en el Teatro de Madrid (1995). Colabora habitualmente con la revista opusmusica.com, además de redactar notas al programa para diversos organismos. Desde el año 1998 es Profesora de Música de Educación Secundaria por oposición. Actualmente ejerce la docencia en el Instituto “Arquitecto Ventura Rodríguez” de Boadilla del Monte (Madrid).


Jorge Alemán
No saber
Madrid, Demipage, 2008

por Álvaro Muñoz Robledano

 

Es extraño.

Es algo más que un juego y algo menos que la melancolía; tiene a la vez la elegancia del gentleman y la gracia del bufón ya un tanto envejecido. Propone el despiste tipográfico pero no oculta que las palabras significan. Habla del poema mismo sin que haya un motivo para ello; sabe que transcurre en la historia, pero se pregunta qué es eso.

Es extraño.

Cuantas más palabras, más perturbación; cuanto más espacio en blanco, menos silencio; cuanto más amor, más sonríe sospechando que no le corresponde; cuanto menos crepúsculo, mayor tamiz.

Es extraño, un libro extraño.

Por suerte para mí, que lo he encontrado.


A.M.R.

© Alvaro Muñoz Robledano Nació en Madrid en 1965. Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado los libros: “Fotografías junto al pecio” (Málaga 1991), “Hoteles” (Madrid 1996), y “Cuartel de Invierno” (Madrid 2000). Colaborador de ariadna-rc desde sus comienzos donde ha publicado su "Breve historia de la lucha de clases" (2003). Su último poemario "Salvoconductos" ha resultado ganador del III Premio Café MOn 2006.


En manos del diablo: El sencillo placer de leer

Anne-Marie Garat
En manos del diablo (La otra orilla)

por María Aixa Sanz

La reflexión de Alexandre Fillon, de la revista francesa ‘ Culture Livres' , sobre la novela ‘ EN MANOS DEL DIABLO' (La otra orilla) : “Recomiendo que los lectores se tomen unas vacaciones y apaguen todos los teléfonos, Anne-Marie Garat posee el don de variar el tiempo. Ya estáis prevenidos, el placer es contagioso”, se ajusta totalmente a la realidad.

‘EN MANOS DEL DIABLO' es la novela que todo lector desea leer y me aventuro a decir que es la que todo escritor quiere escribir.

Las 1.340 páginas de esta novela hacen recuperar el placer de la lectura y hacen que uno o una se conteste a la pregunta de porqué un día empezó a leer y la gracia de la lectura le embaucó para el resto de su vida.

‘EN MANOS DEL DIABLO' es la historia entre las historias, la que está escrita en alguna parte del Universo para que sobresalga del resto y Anne-Marie Garat es la escritora del siglo XXI que ha escrito una novela tal como se escribían hace dos siglos, con todo lo que ello conlleva, ha tejido una historia como en su día lo hicieron las hermanas Brontë o Jane Austen y lo cierto es que lo ha conseguido con tremendo éxito.

Anne-Marie Garat aplica su oficio y todo su arte a convertir una novela en un folletín del siglo XIX con su correspondiente engranaje: la plasticidad y descripción de los paisajes, el baile de sentimientos, el perfil bien trazado de los protagonistas, el realismo y la veracidad de los secundarios y la rocambolesca trama, increíble e incapaz de defraudar.

Con ‘EN MANOS DEL DIABLO' estamos en manos de 1.340 páginas que seducen, que encandilan, que van de sorpresa en sorpresa, que son todo lo contrario a la monotonía. Estamos en manos de Gabrielle y de todo lo que esta joven, de origen húngaro y francesa de adopción, descubrirá por amor en un año 1.914 convulso, desde París a Birmania, desde una entrañable cocina a la medicina más avanzada, junto a un elenco majestuoso de personajes representados por la familia Bertin-Galay y nuestra compañía.

Esta novela cumple con creces el fin de la literatura, es decir; hace que olvidemos el mundo mientras estamos sumergidos en una historia que no es la nuestra, hace que nos enamoremos y encariñemos de los personajes y hace que en una tarde bochornosa de julio o en una lluviosa tarde de mayo o en una fría tarde de febrero, con los pies descalzos o abrazados a una suave manta de lana pura, encontremos el placer, y con la magia de las historias contadas recuperemos un pedacito de eso tan bonito que algunos se atreven a llamar felicidad.

 

© MARIA AIXA SANZ

 

 

Anne-Marie Garat (1946, Burdeos). Escritora francesa. Autora de una veintena de títulos. Obtuvo el Premio Femina por su novela Aden en 1992 y el Premio Marguerite Audoux por su novela: Les mal famées . Con ‘En manos del diablo' ve su trabajo reconocido mundialmente.

© MARIA AIXA SANZ, (Alcalà de Xivert, 1973). Diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad Jaume I de Castellón.Debuta en el año 1998 en la literatura con el relato “Tetrarca del reino de la nada” que le abre las puertas editoriales para participar en diversas antologías colectivas de cuentos y revistas literarias. ‘EL PASADO ES UN REGALO’, la publicación de su primera novela en el año 2000 le otorga gran éxito de público, al que le acompaña en el año 2001, la publicación de la segunda novela ‘LA ESCENA’ . Su tercera novela: ‘ANTES DEL ULTIMO SUSPIRO’ aparece publicada en Otoño de 2006 en diversos formatos. Finalista del IV Certamen “Edisena” de cuentos Cortos-Cortos, con ‘Peregrinaje de un derrotado’. Publicado en el libro el Cuarto de los Cuentos. El relato ‘Lindo O. Santos’, en el año 2002 es escogido por la editorial Torremozas para representar a la literatura española en un libro de cuentos junto con otros ocho países de Hispanoamérica. Esta participación genera criticas extraordinarias que la dan a conocer en la prensa de América del Sur. En julio de 2006 aparece publicado el relato: ‘Nerina Rombaldoni’ en la internacional y prestigiosa revista Voces. Colaboradora fija con artículos sobre literatura en el periódico ‘Etcétera’ de Zaragoza desde el año 2001, distribuido por España, México, Argentina, Chile y Perú. Y en las revistas: ‘Dosdoce’, ‘Nemeton’, ‘Mainhardt’, ‘Almiar - Margen Cero’, ‘Literaturas.com’ y ‘Palabras Diversas’. Sus artículos para el fomento de la lectura también se publican en el periódico ‘Etc. Magazine’ de Buenos Aires, Argentina, en la web ‘Libreros’ de Caracas, Venezuela, la revista ‘Destiempos’ de México D.F. y en la revista ‘Remolinos' de Lima, Perú. Corresponsal desde Castellón de la revista ‘Literarte' de Buenos Aires.


Poetas de Alemania
por Julio Pino Miyar

Acostado en la habitación escasamente iluminada por una pequeña lámpara, refugiado del frío de la estancia climatizada entre cobertores y almohadas, teniendo por auxiliar el silente latido de la noche estival y leyendo con atención lo que creí era el raro opúsculo de la sensibilidad del autor germanófono Herman Hesse, tropecé, sin embargo, con páginas que contenían serios interrogantes sobre el destino colectivo del pueblo alemán.

La idea de la posteridad gravita sin límites dentro del cuerpo poemático del escritor de “El lobo estepario”. De algún modo su literatura implica, en medio del despliegue de su selecta sensibilidad, un horizonte singularmente individualista que se vuelve por paradoja, sentimiento agudo de lo histórico y consternación al haber constatado la degradación de la época en que le tocó existir.

Es muy probable que fueran los poetas los primeros que tuvieron la intuición de la historia como ese espacio único, creado exclusivamente por nuestra especie, donde el hombre puede ser correctamente aprehendido, en su sentido y en su significado, en medio del constante acontecer de su actividad. Porque la historia es ese lugar privilegiado, concebido mediante la intuición y el discernimiento objetivo, en el que el poeta, –para decirlo con una metáfora del místico español San Juan de la Cruz–, aun sufriendo la separación más radical del mundo, nunca estará completamente solo, pues su soledad se encuentra colmada de intensas sonoridades.

Al poeta de nuestro tiempo, arrojado por su especial modo de encarar la existencia a la soledad histórica, le es dado encontrar en el entresijo de esa soledad la realidad de asumir una causa humana, hermosamente gregaria y una manera esencial de comunicarse con el resto de los hombres. Es eso lo que individuos como Hesse, como Federico Hölderlin, –el primero, enfrentado en su propio país a la pesadilla del Nazismo; el segundo, sumergido en la noche tenebrosa de la locura–, supieron encarnar, como el más inusual destino, la misión personal a la que fueron convocados.

Repitiendo un breve esquema podríamos aventurar que si Italia es por derecho el país de la sensibilidad, Inglaterra, en cierto sentido, el de la utilidad y Francia, en ocasiones, el de la sensualidad; Alemania, la mayor parte de las veces, será la tierra más fértil de la subjetividad; la nación de la más esmerada espiritualidad. La alta Alemania es, sin dudas, una de las patrias primadas de la poesía.

A despecho de los teóricos del pangermanismo, el destino histórico de ese pueblo no fue concebido para plasmarse en la geografía, sino en el tiempo; en un proyecto organicista del tiempo que solamente confiere la historia. Es en ella donde puede cristalizar la petición sociocultural que espera ver confluir los vectores de fuerza que, atenazando secularmente la infinita nostalgia alemana, expresan de manera dual la sensibilidad perdida de Occidente: Lo Nórdico y lo Mediterráneo. La poética de un ideal paneuropeo, político y estético, reconciliado con la contradictoria espiritualidad del hombre germano moderno, descendiente a la vez de Martín Lutero y Carlos Marx.

La herencia luterana expresa en sí, la forma más depurada de encarar el problema cultural de la tradición. Semejante heredad trae consigo el concepto del dios único de El Antiguo Testamento, abstraído de las vicisitudes históricas de la nación de Israel, el cual provee de legitimación al individuo privado, –de religión protestante– avocado a una relación estrictamente personal con su dios, que le sirve para entregarse a una rígida moral del trabajo. El Luteranismo como religión, remarca en el individuo el criterio de su soledad, haciendo del concepto económico de la propiedad y su peculado, parte consustancial de lo que el individuo es en el contexto de su apartamento existencial.

Por su parte, el pensamiento marxista se inicia como la crítica más radical al derecho burgués, violentando los presupuestos teóricos que pretenden hacer de la “naturaleza” de la propiedad, porción inseparable de la naturaleza humana. En primer lugar, para Marx la propiedad carece de naturaleza, es simplemente un modo de producción aparecido en un momento económicamente determinado de la historia. En segundo lugar, la naturaleza esencial del hombre no es la de su soledad implicada con la realidad de la propiedad, sino la de la sociedad implicada con la realidad de la historia. Y en tercer lugar, el ser humano es un ser social e histórico, sometido por ello a las leyes del cambio propiciadas por las complejas relaciones –dialécticas– del hombre y el mundo. La historia y la sociedad conforman de esta manera, en su más variada plenitud, la verdadera naturaleza.

Al dios solitario y único de El Antiguo Testamento se le opone históricamente, –hegelianamente hablando–, el dios socializador y participativo de los Evangelios. Y pudiera significar el relevo de la antigua cultura y sociedad mosaica por un pensamiento deslindado del pasado de la tradición y dirigido con atención hacia el presente humano, que busca resolver los problemas inmediatos de la miseria económica, la falta de democracia social y la aculturación. El hallazgo de la libertad, como condición indispensable para la configuración del presente político, entendida como diálogo y concertación, es un fenómeno que desata el aspecto negativo de la subjetividad, aunque para ser socialmente reestablecida: la pluralidad política, la diversidad social y la aparición de nuevos sujetos y grupos de la enunciación que habían sido omitidos, o simplemente desconocidos.

Pensando en el poeta como figura siempre soslayada de la enunciación política, arrastrado a la soledad inmerecida, quiero citar estos versos Rainer Maria Rilke:

“Soy como una bandera rodeada de distancias /los vientos venideros los barrunto y tengo que vivirlos (…) /Pero yo noto ya las tormentas y como el mar me enarco /Y me despliego y luego me hundo en mi interior /y me echo a tierra y estoy solo por completo /en la enorme tempestad”.

La falta de un contenido práctico condena indefectiblemente al poeta, –a su poesía– a la soledad, por eso se sumerge en el entresijo de su más obscura condición en busca de un nuevo lenguaje con el cual reanudar los antiguos lazos que lo unían con el mundo. Ese sentido, angustiosamente buscado en el subsuelo de la realidad, que le permitiría acceder, en función de su utilidad, a la ciudad sitiada de los hombres, permanece oculto como el sentido y significado de la historia. Porque si de veras desea el poeta superar su anomia tendrá que asumir su tarea desde la singularidad de un nuevo contenido histórico y de un principio de alcance universal. Por eso es que la toma de partido por los pobres de espíritu, los humillados de los Evangelios, se convierte para él en algo visceral.

El proletariado histórico contiene en sí el significado simbólico de aparecer ante el pensamiento bíblico bajo la idea del gran rebaño humano; la prole indiferenciada de Esaú. Desprovistos de toda genealogía, mezclados entre ellos indistintamente e insertos y desnudos en el mapa social del mundo, los proletarios son, sin embargo, los hijos ejemplares de la industria; los mártires de la edad del progreso; antiguos campesinos desterritorializados por las oligarquías de la tierra, devenidos en los indigentes y desclasados de las ciudades.

Cabría entonces preguntarse, dentro del contexto histórico de la formación del proletariado universal, acerca del destino también histórico y universal de la poesía. Para el viejo espíritu alemán contaminado de judaísmo, el doloroso camino de la elección moral y de la providencia (camino esencial de la poesía) contiene un hondo significado cultural. Del mismo modo que el hombre judío busca salvarse con su pasado, –que en cierto sentido es la fe que le asiste–, para el hombre alemán, formado por la Ilustración, no hay salvación si no se realiza en el ámbito de su cultura, de su literatura y de su lengua. Para el poeta germano, llámese Goethe, Novalis, Hölderlin, o Rilke, el programa universal de la cultura será siempre el postergado programa de la redención nacional.
La poesía es una de las formas más elaboradas que tiene de manifestarse en ese pueblo el noble espíritu de la industria, hija del despertar político de la nación. Su carácter industrioso se refleja, por tanto, en la vida, en cada reglón de la sociedad, aunque detenta la tendencia de configurarse además como poética y como conocimiento.

El estudio que realiza el poeta de las leyes del mundo contiene entre sus principales motivos la siguiente pregunta: ¿cómo fijar la existencia a la ley más justa? La búsqueda de una filosofía que sirva como guía para la práctica humana y que a la vez conserve intacto el lado gnoseológico, esencialmente contemplativo, del pensamiento, se vuelve para el poeta – filósofo la paradoja insoluble. Pero de esas contradicciones es que él vive y se nutre de esencias su poesía.

El poeta, como conciencia desdichada del mundo, reconoce en su propia mente el reflejo mutante, contradictorio y a veces desconcertante de las cosas. El devenir que lo acerca a la purificación existencial es también el que lo aproxima a la muerte, a la nadificación no sólo de su conciencia, si no de todo cuanto el poeta ha construido; frágil no sólo como su vida sino además como su obra. No obstante, el mundo de los hombres y la naturaleza escapan a la nihilidad de la conciencia y se reconstruyen siempre hacia otro horizonte más apto, mucho más pleno. Pues para el asombro del poeta hay algo que permanece, aunque resulte del todo imposible definirlo o encerrarlo en palabras. Es el pensar dialéctico, la secreta pulsión de la vida, que el poeta, por medio de la historia, comparte con sus semejantes. Y es en ella donde lo verdadero y lo falso de las cosas, la realidad o su mistificación, le imponen al pensamiento la tarea de adecuarse al movimiento continuo –e histórico– de las relaciones humanas y naturales, a la constante alternancia de los significados, ya que si no lo hiciera así quedaría estratificado, primero, como falsa conciencia del mundo y, segundo, como vida individual que fracasa por haber interpretado mal las leyes del mundo.

El Marxismo como gnoseología implica la tarea de una reflexión que debe partir, para la comprensión de las cosas, del estudio de la realidad material dominada por la lógica del cambio y el devenir. Y eso es la historia en principio, un proceso material guiado por el desarrollo incesante de las leyes de la contradicción. ¿Existe una finalidad histórica? Esa pregunta le concierne al poeta – individuo. Pero la realización de lo histórico, –la liberación de su contenido en aras de una finalidad social más alta–, podría responderse, se encuentra mucho más allá del razonamiento formal que realizan los individuos que, de modo contingente, integran la historia.

Sin dudas, una doctrina de la finalidad histórica restablecería, de una forma u otra, la racionalidad humana y un sentido concreto en la lógica del incesante del devenir. Es una pregunta fundamentalmente existencial, que vincula al contenido gnoseológico del Marxismo con su correlato moral y social, ya que señala hacia una toma de conciencia política desde la cual el movimiento abstracto de los acontecimientos pudiera ser sustituido por un destino práctico y una motivación profundamente humana del suceder histórico.

Curiosamente de todas las soledades la más profunda y la más larga es la soledad histórica, que nos arroja inermes a la intemperie del devenir, careciendo, inclusive, de los medios de comunicación eficaces que nos ligarían a las grandes tareas de la colectividad. Convirtiendo el tema de la soledad existencial en testimonio importantísimo de la razón poética y agradecido de antemano por el luminoso futuro que vislumbra, Herman Hesse dejó escrito unos versos en los que veía, al campesino, al comerciante, “al laborioso pueblo de los marineros”, todos “cambiados con nobleza”, celebrando la “universal fiesta del futuro”…

Sólo faltaría el poeta, puesto que él por naturaleza es el completo dislocado del tiempo, –el desfasado cronopio de la historia. Quien llega invariablemente antes o después de todas las citas concertadas con la colectividad humana, pues su completo significado, –inserto ejemplarmente en su palabra– es posterior a su vida, donde el concepto de su condición, como la dolorosa soledad que le acompaña, fue concebido para ser siempre preterido.

Parece que esto es lo que quiere indicarnos el autor alemán en los versos finales del poema antes citado: “(el Poeta) él, testigo solitario /portador del anhelo del hombre y su pálida imagen /pues que el futuro, el mundo consumado /no necesitan más. Sobre su tumba /muchas coronas se marchitan/ pero ni rastro ya de su recuerdo”.


© JULIO PINO MIYAR. 1959,Cuba. Autor de los dos libros de ensayos: Ensayos acerca de un Texto Imposible y Escritos en la Modernidad; la novela, Oración por el Tiempo de las Amigas; las narraciones “Habaneros”; y el poemario Días enteros en Agrigento. En 1995 fundó en Miami la revista literaria Los Conjurados. Colabora asiduamente en calidad de ensayista con prensa internacional. Desde 1987 radica en Estados Unidos


Planeta azul: El bramido de la Tierra

Jeanette Winterson
Planeta azul

por María Aixa Sanz

 

La reciente novela de la escritora inglesa Jeanette Winterson publicada por la editorial Lumen : ‘Planeta Azul' , es una magnifica oportunidad para que el lector asiduo de novela se diversifique y se adentre en el género de ciencia ficción.

Esta es una novela de ciencia ficción que utiliza muchos temas de la actualidad así pues el lector puede llegar a creer que esta historia que nos cuenta Jeanette Winterson puede realmente llegar a pasar.

Orbus es el planeta Tierra, un planeta que no ha podido sobrevivir a la Tercera Guerra Mundial y al cambio climático y que está dirigido por una empresa privada ante la incompetencia de todos los estamentos gubernamentales. En Orbus se han terminado los bosques, la naturaleza, los animales son una especie extinguida, el alimento: carne, verduras se produce en laboratorios, las personas han modificado su ADN y se han instalado en una edad veinteañera desde donde ya no se mueven, no existe la gente vieja, el aspecto viejo, las pieles arrugadas, el paso de los años, los implantes de silicona están a la orden del día, ha desaparecido el dinero y sólo existe el trueque con los jetons , el salario que se gana trabajando para la única empresa privada que controla el mundo, la ropa, la música, el ocio, los robots se alquilan, ha desaparecido la adquisición de productos, la gasolina y el gasoil para los coches, resultan prehistóricos, los mismos coches también, igualmente, han desaparecido en ese nuevo mundo los libros y la palabra escrita: Voz e imágenes, sí; palabras escritas; no .

Las nuevas generaciones nunca han visto un libro y no conocen el placer de leer, como el placer de comer, el placer de observar como crece una flor o como corre el agua por el cauce de un río. Los compañeros de las personas son robots... No obstante hay un grupo de personas en la Ciudad del Naufragio que se resisten a vivir de manera diferente a su forma natural de vivir, se resisten a olvidarse de la naturaleza, de la vida que late suspendida en un hilo y de la que ahora formamos parte, ellos resisten y buscan la salvación y quizás la única salvación esté en el Planeta Azul, un planeta completamente lleno de vegetación y animales, es decir de seres vivos, los seres vivos que han sido siempre, desde miles de años, los únicos compañeros de los seres humanos.

 

El nuevo mundo: El Dorado, Atlantis,

la Costa de Oro, Terranova, Plymouth Rock, Rapanui,

Utopía, el Planeta Azul.

Hallados por casualidad, espiados a través de un oscuro cristal,

ebrias historias atadas a un barril de ron,

naufragio, una Brújula Bíblica,

un pez gigantesco nos llevó hasta allí,

una tormenta nos lanzó contra esta isla.

En la inmensidad del espacio, descubrimos...

(pag. 127)

 

En una demostración de oficio, PLANETA AZUL , se convierte en un historia donde la prosa se vuelve poesía, Jeanette Winterson la escritora de las historias sin final, reclama, grita y brama desde su pluma que no descuidemos la naturaleza y la Tierra, lo único valioso que tenemos, nuestra Tierra y nuestra Vida, tal como la conocemos.

 

© MARIA AIXA SANZ, (Alcalà de Xivert, 1973). Diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad Jaume I de Castellón.Debuta en el año 1998 en la literatura con el relato “Tetrarca del reino de la nada” que le abre las puertas editoriales para participar en diversas antologías colectivas de cuentos y revistas literarias. ‘EL PASADO ES UN REGALO’, la publicación de su primera novela en el año 2000 le otorga gran éxito de público, al que le acompaña en el año 2001, la publicación de la segunda novela ‘LA ESCENA’ . Su tercera novela: ‘ANTES DEL ULTIMO SUSPIRO’ aparece publicada en Otoño de 2006 en diversos formatos. Finalista del IV Certamen “Edisena” de cuentos Cortos-Cortos, con ‘Peregrinaje de un derrotado’. Publicado en el libro el Cuarto de los Cuentos. El relato ‘Lindo O. Santos’, en el año 2002 es escogido por la editorial Torremozas para representar a la literatura española en un libro de cuentos junto con otros ocho países de Hispanoamérica. Esta participación genera criticas extraordinarias que la dan a conocer en la prensa de América del Sur. En julio de 2006 aparece publicado el relato: ‘Nerina Rombaldoni’ en la internacional y prestigiosa revista Voces. Colaboradora fija con artículos sobre literatura en el periódico ‘Etcétera’ de Zaragoza desde el año 2001, distribuido por España, México, Argentina, Chile y Perú. Y en las revistas: ‘Dosdoce’, ‘Nemeton’, ‘Mainhardt’, ‘Almiar - Margen Cero’, ‘Literaturas.com’ y ‘Palabras Diversas’. Sus artículos para el fomento de la lectura también se publican en el periódico ‘Etc. Magazine’ de Buenos Aires, Argentina, en la web ‘Libreros’ de Caracas, Venezuela, la revista ‘Destiempos’ de México D.F. y en la revista ‘Remolinos' de Lima, Perú. Corresponsal desde Castellón de la revista ‘Literarte' de Buenos Aires.


Mohamed Abdelfatah Ebnu : “Nómadas en el exilio”
por Antonio Polo González


Presentación del libro “Nómadas en el exilio” de Mohamed Abdelfahtah Ebnu.
Casa de África. 4 de Julio de 2008. Madrid.
La Casa de África
Doctor Mata, 1
28012 Madrid
Parta adquirir el libro, contactar en : info@culturafricana.com



 

Por tercera vez tengo el privilegio de participar en un acto de presentación relacionado con la poesía y la cultura saharaui. Y hoy la satisfacción, si cabe, es doble por dos motivos: En primer lugar, como escritor, porque presento a un extraordinario poeta, y por otra, como editor, porque se trata de la obra de un poeta saharaui.

La primera vez que me acerqué a la cultura de este extraordinario pueblo, he de confesar que lo hacía con una aproximación distinta, al menos a priori. Me seducía la idea primera de hacer justicia, de acercar a los lectores una realidad cubierta de polvo, vergonzosa y olvidada, desconocida, para ser honrado, y me lancé a la arena con un cierto grado de inconsciencia. Si no hubiera sido por la ayuda de dos extraordinarias personas: de Conchi Moyano y de Bahía M. H. Awad me hubiera perdido, nos hubiéramos perdido una oportunidad de oro. ¡Que sí Antonio, que hay un puñado de poetas saharauis! –solía decir Bahía- ¡Que hay poetas saharauis muy buenos! ¡Que sí, que además escriben en español! ¡Que son saharauis, Antonio que son poetas! ¡Verás qué monográfico va a salir! Y me lo decía con una amplia sonrisa, con esa tranquilidad pasmosa que también compartimos andaluces y saharauis.

 

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Mohamed Abdelfatah Ebnu, Conchi Moyano y Antonio Polo.
La Casa de África. Madrid. Julio 2008

 

Este fue el primer poema de un poeta saharaui que leí, una noche de verano, hace ahora cuatro años. Se titula:

M I    M U N D O

Me detengo
en las esquinas de la nostalgia
para ver desfilar a las serpientes
que me envenenaron.

Me asomo
a las venas de la noche
y veo todos los ojos tristes
que me han mirado.

Miro a mi alrededor
y sólo veo reptiles
que se disputan el corazón
de una muñeca de trapos.

Me miro por dentro
y veo a un hombre
ahogarse en las heces
de un cuarto de siglo.

Luego me desnudo
y salgo a tomar café,
a amar a la noche
en la soledad de un cementerio.

Este poema, que es casi una declaración de principios, conjuga todos los elementos que son comunes a los nómadas y los exiliados: los sueños, la añoranza, la memoria. Y es que uno no es consciente de la fuerza de esos versos de Ebnu hasta que no ha tenido la oportunidad de contemplar el atardecer desde un cementerio saharaui.

Ayer, mientras preparaba esta introducción, asistí, como muchos de vosotros a otra declaración de principios, decidida también y vitalista, como la que ha venido protagonizando Ingrid Betancourt a lo largo de otro penoso exilio. Y si la cárcel de todo lo que ella representaba tenía un muro verde de manglares y vegetación, el que representa el de Ebnu en su fiereza amarilla de polvo y pedregales me parecía a mí que en diferentes contextos venía a ser lo mismo. Porque no nos equivoquemos hablamos de lo mismo, de los sueños, la añoranza, la memoria. Sin embargo, hay algo distinto entre lo que representa Ingrid Betancourt con lo que representa a Mohamed Abdelfatah, y es que Ebnu no tiene pasaporte francés. Y es que él, que tiene la generosidad de obsequiarnos su poesía en la lengua de Cervantes, en cambio las distintas Administraciones que esta lengua representa ha hecho gala de una tibieza a los largo del último cuarto de siglo que no tiene calificativos.

Nómada en el exilio , de Mohamed Salem Abdelfatah Ebnu


En todo caso, en Nómada en exilio resuenan con rotundidad las voces que gritan en el desierto, en la hamada argelina, el peor trozo de tierra del planeta. En los poemas recogidos en la obra, transpiran los sueños de libertad del pueblo saharaui, con versos enérgicos y vitalistas, como los colores de las melhfas que visten sus mujeres en el desierto


Ebnu, nació en Amgala, Sahara Occidental, en 1968. Es licenciado en Lengua española y Literatura por el Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río, Cuba. Actualmente vive en España y ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea “Añoranza” (Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de las Islas Baleares, 2002), “Bubisher” (Editorial Puentepalo. Las Palmas de Gran Canaria, 2003), “Aaiun, gritando lo que se siente” (Universidad Autónoma de Madrid, 2006), “Um Draiga” (Diputación de Zaragoza y Um Draiga, 2007) y “31” (Editorial Sombrerete y Sandblast, 2007). La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria publicó su poemario “Voz de fuego” en 2003. En 2008 se ha publicado su nuevo poemario “Nómada en el exilio”.


Es miembro fundador de la "Generación de la Amistad saharaui".

Quiero ahora dirigirme expresamente a los asistentes a esta lectura. Quiero deciros, ahora que tenéis la oportunidad de asistir a esta presentación, que miréis directamente a los ojos de Ebnu, luego esperad a que la pulpa fresca de su sonrisa deje paso franco a sus versos. Escuchadle atentamente, y veréis como de entre cuyos versos y de entre cuyas manos surge, sin duda, la palabra “sueño”, esa que está escrita en el frontispicio amplio de una generación llamada, por derecho propio, Generación de la Amistad.

 

© Antonio Polo González


Diego Doncel
En ningún paraíso

por Alberto García-Teresa

 

Diego Doncel
En ningún paraíso
Visor, 2005
ISBN: 84-7522-782-1

La desolación, la angustia, el fracaso y la anulación del ser humano que supone la ciudad y la sociedad moderna es, en esencia, la base que sostiene este interesante poemario de Diego Doncel.
En ningún paraíso está construido con versos largos, en la frontera con el versículo, y acusa una excesiva falta de ritmo (lo que provoca que casi parezca prosa cortada arbitrariamente), donde prevalece la reflexión y la introspección.

La anulación del ser humano, como apuntaba (“un hombre, o la sombraba tarada de un hombre, hablaba solo”), es uno de los aspectos fundamentales que planean sobre el texto, al cual se une la falta y el ansia de una identidad (“yo no soy yo, soy aquel”, “a cada instante me he tenido que inventar quién era yo”) y el propio desengaño sobre uno mismo (afirma que es un “espectador irónico de mí mismo” que “nunca me conocí porque siempre dudé que existiera”). El yo poético se sitúa en constante búsqueda, desorientado y perdido, pero no llega a encontrar nada, pues es vacío todo cuanto le rodea.

Así, la descripción física de la ciudad (además de la cartografía moral de sus habitantes) se realiza con un lenguaje desnudo, agresivo, con elementos mecánicos, que plasman ante todo la presencia de la publicidad (“edificios hechos anuncios luminosos”), y que no evita ser desagradable pues el entorno así lo exige. En ese contexto, es patente el desengaño (“la poesía hace estéril el espíritu”), la desilusión, la falta de autoestima (“huele a moho mi infancia, huele / a humedad mi tiempo entero”, “un náufrago de mi propia alma soy yo”), la nulidad de la vida (“siempre el vivir / como algo sin propósito, sin nexo”) o la más cruda alienación (“pero ya era un hombre cuya vida sólo quería / la huída de la vida”), la crítica a la construcción de necesidades artificiales y deseos insatisfechos (“me reconozco no en lo que fui / sino en lo que soñé y no he sido”), la pura falsedad de la realidad y un potente nihilismo (“mi vida es una calle / que huele a basura y a grasa de automóviles”). No se plantea ninguna solución, sólo la caída del alma en un entorno degradante que, paradójicamente, es presentando por otras personas como el summum de la civilización. Consta una cierta resistencia (“mejor ser nadie a levantarse cada día”) pero finalmente prevalece la resignación en la caída.

Impactante y amargo, profundamente ligado a la lírica existencial de nuestros días, que ancla su escritura en su verdadera experiencia cercana, En ningún paraíso resulta una lectura desasosegante pero, al mismo tiempo, lúcida, necesaria y catárquica.

 

© Alberto García-Teresa


Sabor a chocolate: Una historia estimulante
por María Aixa Sanz

José Carlos Carmona
Sabor a Chocolate
Punto de Lectura

PUNTO DE LECTURA ha publicado una novela inédita: ‘SABOR A CHOCOLATE’ de José Carlos Carmona, ésta llegó a mis manos por esas incógnitas que tiene el azar y empecé a leerla en una hora de pertinaz lluvia mansa, en un día extraño y hermoso, en el que me di cuenta de nuevo de que el amor mueve montañas. Aunque el mundo de hoy se empeñe en desmentirlo. El protagonista de SABOR A CHOCOLATE: Adrian Troadec, un joven desgarbado al que veremos envejecer, es la muestra de ello, su constancia, su disciplina y su infinita lealtad hacia Alma Trap, son la mejor prueba de que por amor se es capaz de todo, le veremos actuar con la misma firmeza que en su día lo hizo el Florentino Ariza de Gabriel García Marquez en ‘El amor en los tiempos del cólera’.

‘SABOR A CHOCOLATE’ es una historia de amores, de una familia, de una saga que se mueven al compás del corazón, con los latidos de éste, en compañía de los diversos acontecimientos que visten al mundo desde el año 1922 hasta el 2001.

José Carlos Carmona consigue con esta pequeña y maravillosa novela abrir una grieta en el panorama literario español y colarse por ella con maestría, el soplo de aire fresco que nos llega con ‘SABOR A CHOCOLATE’ es de agradecer, se agradece pues produce sensación de bienestar en el lector, éste con la lectura se torna activo y eufórico por una horas. Aparta la tristeza con el paso de las páginas y se siente magníficamente bien tal como transcurre la narración. ‘SABOR A CHOCOLATE’ tiene las misma propiedades que el chocolate. Actúa en el cuerpo con el mismo estímulo.

Carmona ha conseguido crear una de esas raras novelas que se convierten en únicas por el boca a boca como en su día ocurrió con ‘Seda’ de Baricco o ‘Con el niño del pijama a rayas’ de Boyne. Hacía mucho que una historia no me entusiasmaba de esta forma. Vale la pena leerla. Vale la pena disfrutarla. ‘SABOR A CHOCOLATE’ se convertirá en un clásico con el paso de los años. Si le gustan las buenas historias ésta es una. No se la pierdan. Se arrepentirán.


© MARIA AIXA SANZ


 

© María Aixa Sanz . (España, 1973) Escritora. Tiene publicadas las novelas El pasado es un regalo (2000), La escena (2001) y Antes del último suspiro (2006). En mayo del 2008 publica el ensayo El peligro de releer , recopilatorio de sus artículos. En Junio también de 2008 la Editorial Séneca publica el libro La escritura del no que recoge sus artículos más importantes junto a los de una decena más de escritores profesionales.

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