Poesía Visual Española (Antología incompleta)
Ed.: Alfonso López Gradolí
Calambur 2007
Col. Calambur Poesía, 70

por Alberto García-Teresa


La poesía visual es un cruce de caminos muy singular. No está a medio camino de nada, sino que parte de diferentes puntos que se detienen en un punto común, con lo que da pie a profundizar en distintas facetas de sus posibilidades.

Encrucijada de la pintura, la escultura y la poesía, ligada siempre a la vanguardia y la experimentación irremediablemente, con puentes tendidos al muralismo, a la viñeta de cómic, supone ante todo una salida a las necesidades comunicativas de sus cultivadores y una herramienta de búsqueda continua, de riesgo y autoexigencia constante.

Ahonda en la capacidad expresiva de la poesía, a la que exige trascender el ámbito de la palabra, ampliar sus significantes y provocar una perspectiva poética de lo visual, básica en estos días dominados por la imagen. Emplea el cauce estético de la plástica y la raíz comunicadora de la lengua, y se convierte, así, en una manifestación de límites, incómoda, que se resiste a los encasillamientos y proclama la realización vital de la poesía, la libertad absoluta para la expresión y la superación de todo tipo de barreras. Al mismo tiempo, supone una herramienta, o casi un espacio, muy singular de indagación, donde su propia confección ha generado una investigación sobre el lenguaje y sus referentes.

Poesía visual española (antología incompleta) es una cuidada selección, de 57 autores españoles, que aportan cada uno cuatro piezas escogidas por ellos mismos, de la segunda mitad del siglo pasado. Cada uno de ellos ofrece, además de una bibliografía detallada, una breve poética, con lo que resulta el volumen también un interesante mosaico de teorías sobre la poesía y la poesía visual de una serie de autores cuyos trabajos han sufrido una difusión muy deficiente.

El conjunto nos sirve para comprobar las diferentes tendencias, técnicas y usos de cada poeta de este recurso; y así encontramos piezas tendentes al fotomontaje, el collage, el poema-objeto (esencial y singularísimo modo de conseguir verter la mirada poética en la realidad, de llevar la poesía realmente a la experiencia vital), el minimalismo, a la pintura conceptual, al juego con las letras y palabras o el eslogan. Su diversidad supone un aliciente más, coherente con sus propios principios, e invita a continuar profundizando en una práctica poética que se revela inagotable.

Igualmente, queda patente la gran capacidad de sugestión de cada poema, que, a pesar de la unidad interna, se abre generosamente al lector para que participe en él, lo contemple y extraiga sus propias conclusiones.

Es, sin duda, un sugerente panorama de una práctica poética distinta, inquieta y efervescentemente creadora, cuyo espíritu también debería transmitirse a poetas de otras expresiones, y que supone una puerta accesible para obras de muy difícil localización pero de notable interés.

 


© Alberto García Teresa

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