Antología de la poesía surrealista
En las tapas, este volumen se llama Antología de la poesía surrealista. Sin embargo, en la portada ya se aclara que es Antología de la poesía surrealista de lengua francesa. Estudio preliminar, notas, selección y traducciones de Aldo Pellegrini. Porque eso es en realidad de lo que se trata este libro; de una recopilación (excelente, por otra parte) de la poesía surrealista del centro de gravedad del movimiento, elaborada en 1961. La vuelta al circuito comercial de esta obra mítica, cuya anterior edición está fechada en 1981, se presenta como un hecho de notable importancia, por cuanto de reivindicación de los postulados y obras de los surrealistas y, a la vez, de accesibilidad de una selección de textos clave para comprender la cultura del siglo XX. El libro, según se nos dice en sus propias páginas, fue elogiada con entusiasmo por el propio Breton, y viendo el resultado es comprensible. Es realmente interesantísima ya la propia introducción de Pellegrini, quien en una treintena de páginas, a base de excelente capacidad de síntesis y notoria soltura en la materia, desgrana todas las claves, principios, ideas y métodos del Surrealismo. Resulta, así, especialmente atractiva para adquirir una noción global, y al mismo tiempo, rigurosa, alejada de la erudición, del movimiento. Al mismo tiempo, ayuda a predisponer al lector y a ubicarlo en las pretensiones metafísicas del conjunto de los textos. Como ya Aragon advirtiera, “si escribís, siguiendo un método surrealista, tristes imbecilidades, serán, sin atenuantes, tristes imbecilidades”. Por tanto, no es mero torrente de automatismo desbocado lo que se recoge en sus páginas, sino una búsqueda a través de la escritura de indagar en un hombre nuevo en unos tiempos decadentes. Desde luego, lo que queda claro con este libro, mediante su sensacional panorámica, es la heterogeneidad de poetas (se recopilan casi setenta autores) y la radical propuesta ideológica y estética que integran el movimiento. El acierto de incluir, en secciones separadas, “Poetas militantes del Grupo Surrealista”y “Poetas de lenguaje surrealista” ayuda también a hacerse a la idea de la extensión, especialmente, de la estética y de las prácticas surrealistas, más allá del fuerte eje ideológico que articula sus escritos. Así mismo, leídos en conjunto los poemas, cuentos y poemas en prosa que conforman la antología, igualmente se logra transmitir al lector la idea de creación colectiva, de trabajo y proyecto en común (irremediablemente marcado por las individualidades, eso sí) del Grupo y sus afines. Sin duda, la verdadera potencia de sus creaciones aparece con una lectura de varias páginas seguidas, antes que en poemas sueltos; con una inmersión en su singular universo. De este modo, encontramos textos que tratan de presentar un universo nuevo de relaciones, de ensanchar sus límites para ofrecer libertad al individuo, para hacer posible que emerjan los deseos, ideas y pulsiones aplastados por una sociedad superficial e hipócrita. Son escritos que recogen la intención de trascender la realidad (y también el tipo de organización social imperante) a través de la revelación y la búsqueda, sólo posibles mediante la liberación de la conciencia por el lenguaje, el azar y lo insólito. Pero, ante todo, nos cautivarán con poderosas imágenes; con imágenes dispuestas como timbres a la puerta de nuestras mentes. La fuerza poética de estos textos no ha sufrido mella a pesar del tiempo y de la invasión audiovisual de nuestros días, y es la principal baza para comprobar la calidad y la atracción de sus versos, más allá de la sincronía que puedan buscar los interesados en la Historia de la Literatura. Con todo, se hace palpable la vigencia de los postulados estéticos (hoy ciertamente integrados en la cultura) y, quiero remarcar, de los principios filosóficos, éticos y políticos en su faceta más pura que defendieron los surrealistas. No olvidemos que “el surrealismo es un medio de liberación total del espíritu”, y su pretensión iba y va más allá del mero goce estético. Esta antología es una espléndida introducción a esa sugestiva concepción del arte y la vida. Alberto García-Teresa |
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