RESEÑAS Y ARTÍCULOS

A R I A D N A - R C . c om

[número treinta y cinco edición primavera 2007]

j u n i o


i m p r i m i r 


v o l v e r

 


Agustín Fernández Mallo
Nocilla Dream
Tarragona, Candaya, 2006

Por Álvaro Muñoz Robledano

 

Por una vez hemos llegado tarde. Estábamos leyendo la novela cuando la crítica nacional se ha lanzado sobre ella con ansia, iniciando una veloz carrera por ver quién le encontraba el misterio no desvelado por los otros.

Y está bien, está muy bien. Porque, cuando ya parecía imposible, un libro sin márketing ni lanzamiento programado se alza sobre sus muy mediáticos competidores (me rindo a la triste evidencia: esto de la literatura, y más si hablamos de novela, es una competición) y es reconocida como de lo mejor, lo mejor sin paliativos según la revista Quimera, con lo que nos podemos tropezar en las mesas de las librerías; y está bien porque Nocilla Dream es el resultado de un proyecto literario estrictamente contemporáneo, por fin, en el que la investigación acerca del presente y de las posibilidades de la literatura como receptora, y factor desencadenante a la vez, de semejante fárrago de convulsiones, sirve para cuestionar la validez de los viejos modelos narrativos, tanto temáticos como estilísticos, y se arriesga a abandonar las viejas bellezas para interrogar acerca de unos referentes culturales, los nuestros, que apenas vencen el despego que sentimos hacia la realidad.

Y está bien porque Nocilla Dream, más allá de enunciaciones teóricas es una gran novela. Grande de verdad. Fernández Mallo ha construido una trama imposible, pero real y efectiva, alrededor de un paisaje abierto y multiforme, un paisaje en el que lo verdaderamente inhóspito es la imposibilidad de no habitarlo, porque ese lugar que actúa en la novela como un depredador es, a un mismo tiempo, la gasolinera de Albacete en la que una vez echamos gasolina, el restaurante de franquicia en el que comemos sin ganas, la carretera entre dos ciudades inconcebibles, o esta misma red por la que ha deambulado hasta llegar a esta reseña. Y ese paisaje es protagonista, y quien vive en él, sin posibilidad de escape, es el deuteragonista condenado a la derrota, algo puede que no muy grave, pero realmente cruel. De esa pelea, narrada con un pulso que más de diez clásicos en vida quisieran para ellos, con golpes de humor cercanos y realmente ingeniosos, con un verdadero narrador, sí hombre, ése que decían en los manuales que articulaba la novela, invisible y al tiempo activo, surge un
experimento no narrativo, sino vital, certero y abierto, literario con mayúsculas.

Nocilla Dream es algo más que el mejor libro narrativo en castellano del año 2006. Es, y así lo sentimos, uno de los nuestros.



A.M.R.

© Alvaro Muñoz Robledano Nació en Madrid en 1965. Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado los libros: “Fotografías junto al pecio” (Málaga 1991), “Hoteles” (Madrid 1996), y “Cuartel de Invierno” (Madrid 2000). Colaborador de ariadna-rc desde sus comienzos donde ha publicado su "Breve historia de la lucha de clases" (2003). Su último poemario "Salvoconductos" ha resultado ganador del III Premio Café MOn 2006.


Elena Poniatowska o el candor, en la Feria Internacional del Libro de La Habana

Por Félix Luis Viera

 

La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska asistió a la pasada Feria Internacional del Libro de la Habana 2007para presentar su novela “Tinísima” –publicada por el Fondo Editorial Casa de las Américas, de Cuba–, que aborda la vida de la destacada artista italiana Tina Modotti.

Algunos de los buenos intelectuales mexicanos se ven por la televisión nacional. Entre ellos, Elena Poniatowska; de modo que por este medio la he visto y escuchado. Es decir, es éste uno de esos casos en que uno no necesita ir a la montaña, sino que la montaña, inexorablemente, viene hacia uno. Asimismo, he leído algunos de los artículos de Poniatowska, si bien no he tenido la fortuna de degustar alguna de sus obras literarias. Famosa, sin duda, esta escritora, por la obra que ha forjado, por sus comentarios periodísticos y por sus disertaciones de contenido político de izquierda.

Cuando he visto, escuchado, leído, por las vías ya dichas, a esta intelectual mexicana –nacida en París en 1932, fruto de la unión entre un aristócrata polaco y una francesa de origen mexicano–, siempre me ha llamado la atención un rasgo poco común: esa rara mezcla de una inteligencia sumamente aguda y un candor inapreciable.

El candor es bueno porque mantiene al ser humano con una dosis de frescura para siempre, pero también puede obnubilar; o sea, sobreponerse en cierto momento a la inteligencia, la sagacidad, la cultura adquiridas.

De candor se trata. Según el diario cubano Granma en su edición del 16 de febrero pasado, Poniatowska, sin quitarse el polvo del camino, despachó desde La Habana, para el diario mexicano La Jornada: “Creo que la resistencia de la Revolución [cubana] frente al poderío de Estados Unidos ha sido un ejemplo muy importante. El mito famoso de David contra Goliat. Su resistencia al consumismo voraz que quiere homogenizar a todo el mundo, les ha enseñado a vivir con lo esencial; eso también es un ejemplo importante”.

De candor se trata. ¿Algún funcionario cubano le habrá hecho saber a la escritora mexicana que el pueblo cubano vive con lo “esencial”? Lo dudo. ¿Poniatowska recorrió en unas horas al menos toda la Ciudad de la Habana, no ya otras ciudades y pueblos de la isla, y constató que los cubanos de uno y otro sitio del país viven con lo “esencial”? Imposible, sólo estuvo un “rato” en Cuba, en La Feria, en el hotel en que debió albergarse, probablemente no poco lujoso.

Se trata del candor, digo. Va un atendible tramo de lo “esencial” a la inopia. ¿Qué concepto de lo “esencial” tendrá esta intelectual mexicana? Si éste coincide con el de la carencia y las privaciones, ya no hay más que hablar: debemos dar por seguro, porque “vivir con lo esencial (...) es un ejemplo importante”, que Elena Poniatowska jamás consume tres copiosas comidas al día o por el contrario tiene establecido un régimen alimentario a la medida de su gusto o de sus necesidades; nunca bebe algún whisky, brandy u otras bebidas espirituosas que le alivien la tensión y le estimulen el paladar, ni siquiera paladea una gaseosa o simplemente un vaso de agua purificada; carece de televisión por cable, internet, teléfono celular, equipos reproductores de música y también de la música que le plazca; como su alacena, notablemente sobrio debe ser su ropero, tanto en cantidades como en calidades; ni imaginar que su vestuario sea adquirido en El Palacio de Hierro o, aun menos, allende las fronteras mexicanas, y claro, nada de cremas y maquillajes de última generación, pinceladas antiarruga, rímeles, bálsamos para la piel. Así debe ser sin duda, porque “vivir con lo esencial” es “importante”. De modo que si nos basamos en sus palabras, Elena Poniatowska no consume ininterrumpidamente papel higiénico, electricidad, agua corriente por el grifo, desodorantes, ambientadores de interiores; no cena ni siquiera en restaurantes de medio lujo y su menú, claro, no incluye, no ya langostas o camarones: ausentes de éste se hallan hasta las carnitas mexicanas, los tacos al pastor o las pizzas “jagüeyanas”. Estamos seguros de que es así; puesto que lo “esencial” está un poco por debajo de estos placeres. De manera que debemos apostar a que esta escritora mexicana no posee ni un DVD ni renta películas ni tiene una habitación exclusiva para gozar de estas bienaventuranzas lejanas de lo “esencial”. Seguro. Seguro que es así. Por otra parte, no entra en discusión que la señora Poniatowska acepta sin chistar sólo la bibliografía puesta a la venta en ciertas librerías y que no estimulan el “consumismo”, como igual ni siquiera ojea revistas banales que aboguen por lo propio; y tampoco, no hay por que dudarlo, quema sus neuronas leyendo tantas otras publicaciones, éstas no banales, pero que sí emiten criterios encontrados, no importa que sean profundos. Y así, para cumplir con su loable precepto de que “vivir con lo esencial” es algo ejemplar, ella, sin reparos, utiliza el peor de los transportes públicos de su ciudad; por falta de electricidad o de una autorización para obtener el derecho de comprar una computadora, se siente realizada escribiendo sus textos a máquina o aun a mano limpia; se ajusta en sus escritos a las normas temáticas que marquen el buen vivir, que condenen al consumismo, al imperialismo, que enaltezcan el estatus quo imperante. Debemos dar por sentado, además, que no obstante su fama, su reconocida obra, su talento, los ingresos mensuales de Elena Poniatowska no sobrepasan los 250 pesos mexicanos; con esto basta, esta cantidad es suficiente para “vivir con lo esencial”.

Ya lo decíamos: una sobredosis de candor nos puede llevar a mirar la realidad de medio lado o aun a mirarla de espaldas. Si la escritora Elena Poniatowska se actualizara con las informaciones que proporciona el propio Gobierno cubano, no es menester saber leer entre líneas para confirmar los esfuerzos, los intentos que viene realizando aquél en los últimos cuatro o cinco años para, precisamente, levantar el nivel de vida de la población cubana, de modo que sea superada la barrera de la “penuria” hasta alcanzar el nivel de lo “esencial”. ¿Entonces?

“Pocas veces he disfrutado un paisaje como este: tantas personas contagiadas por la fiebre de la lectura”, afirma Elena Poniatowska en la ya citada edición del periódico Granma. Suena raro. Debe ser que nunca ha asistido a la Feria del Libro de Guadalajara o del Palacio de Minería o de Francfort o de Buenos Aires ni a otras parecidas. O quizás se le saltó la expresión en un rapto ahora de euforia, no de candor. Le diríamos que faltan, faltan libros, faltan editoriales, faltan autores cubanos que podrían hacer subir más esa fiebre. Y no faltan, precisamente, porque su voluntad les indique no estar presentes.

“Creo que la resistencia de la Revolución frente al poderío de Estados Unidos ha sido un ejemplo muy importante. El mito famoso de David contra Goliat”, sentencia Poniatowska en la ya referida edición del Granma. Primero, le aconsejaría que busque analogías un poco menos cultas: una proporción considerable del pueblo cubano no sabría entender esta alusión, no conoce el “mito famoso de David contra Goliat”: nunca ha visto una Biblia. Por otra parte, creo entender que cuando la escritora mexicana expresa “... la resistencia de la Revolución ...” no se esté refiriendo a una entelequia, sino a seres de carne y hueso, de modo que mejor hubiera dicho “... la resistencia de los cubanos..”. Porque en verdad, son ellos, los cubanos, quienes han resistido, y resisten, no les queda de otra. No pienso que se crean un David de los siglos XX-XXI, sólo que no tienen más remedio que resistir, o mejor sería decir sobrevivir, y no por cierto con lo “esencial”. Superviven, luchan de igual a igual, combaten con el ingenio que Dios les habrá dado y aun con el vigésimo sentido que suele aflorar cuando, como dicen en la Isla, “el zapato aprieta”, para que el agua no pase del cuello. Más de dos millones se han ido del país; no pocos intentan hacerlo de las maneras más absurdas, tanto que estos modos darían risa si no fueran tan tristes los hechos; y nadie podría calcular cuántos, en potencia, quisieran abandonar la tierra que los vio nacer. Ésa es la verdad, no porque yo lo diga, sino porque ahí está, objetiva como una roca.

No sé si lo que escribiré a continuación venga al caso; mas, en ocasiones, sólo en ocasiones, algo dicho fuera de lugar finalmente tiene algún sentido, aunque fuese mínimo. Con el riesgo que se corre al hablar de sí –riesgo que incluye algún desliz hacia lo pedantesco–, voy en directo, señora Poniatowska, puesto que no desconocemos su tendencia política: la izquierda. Soy el hijo de una costurera que no siempre conseguía prendas que coser y de un pequeño comerciante –como esos que “anidan” en los mercados de la ciudad de México– y nací en un barrio marginal de Cuba. De modo que soy pobre, digamos, de “raza”. Claro, no se trata de glorificar la pobreza; de la pobreza se sale, de uno en uno, por cuenta propia, o, a veces, mediante un envión venido de un régimen político y social que así lo proporcione. En fin, creo que nadie debe negar su estirpe, ya venga de cuna de oro, ya del pesebre. Pobre nací, pobre seguí luego, pobre soy hoy. De modo que será por esta condición que si tuviese que autosituarme en una de las dos legiones ideológicas hoy recurrentes, me situaría en la izquierda. Justicia social, igualdad de oportunidades, desarrollo armónico y todas esas definiciones tan traídas y llevadas son, o debieran ser, sin discusión, la aspiración de todo el que considere que las fronteras del mundo no terminan en su propio yo. Hacia la izquierda, señora Poniatowska, correcto. Pero hacia una izquierda no excluyente; que no abone el dogma y se sienta por tanto con la Verdad Única Para Siempre; con una izquierda que escuche al crítico y aun al adversario, que no condene de manera más o menos perversa a quienes no asumen a totalidad su ideario o simplemente se salen, aunque fuese levemente, del carril impuesto; hacia una izquierda que conviva y se “retroalimente” del pensamiento discrepante. “Con todos y para el bien de todos”, proclamaba José Martí ya en la segunda mitad del siglo XIX. Por ahí anda la idea, en mi opinión. Esta frase podría enmarcarse en cualquier plataforma izquierdista, sensata, de hoy en día. Frase cuya esencia queda tan lejana de esa otra “izquierda” prepotente, déspota, que en nombre del pueblo –de cualquier pueblo que fuere– parece recordarnos cada cinco segundos: “Quien no esté conmigo, está contra mí; quien me critique, no es mi crítico, es mi enemigo”. De eso se trata, señora Poniatowska. Y hablando de El Maestro, me viene a la mente otras de sus demandas: “Es preferible el bien de muchos que la opulencia de pocos”. No creo que cuando José Martí escribe “el bien de muchos” considere “bien” como sinónimo de “vivir con lo esencial” y aun menos de la supervivencia por debajo de lo “esencial”. Esto me anima en mis pareceres.

Así, ha podido usted criticar, enjuiciar, juzgar, reprobar (que me sean perdonados tantos cuasi sinónimos) el orden establecido en su país, ya sea en sus libros –según tengo entendido–, sus artículos, su alocuciones en público y a través de los medios de radiodifusión, y no le ha pasado nada. Ahí está. Ahí sigue escribiendo, incólume, libre.

Por otra parte, ha gozado usted del reconocimiento de que uno de sus libros haya sido publicado por una editorial cubana y presentado en la pasada Feria Internacional del Libro de la Habana 2007. Sepa que no pocos buenos escritores cubanos, sobre todo los que no se hallan en la tierra que los viera nacer, pero también algunos que allí se encuentran, carecen de esa posibilidad. No los publican. No los invitan a la Feria. Sólo porque no “encajan” en los “cánones editoriales” establecidos.

Como le ha sucedido a usted en la Feria de la Habana, yo, cuando he asistido a de Guadalajara, a la del Palacio de Minería y a otras ferias y exposiciones de libros en México, me he sentido feliz al ver a tantas personas interesadas en la adquisición de uno de los más altos bienes espirituales de los que pueda gozar el hombre. Sin embargo, esta felicidad se quiebra en buena medida cuando advierto que muchos de los asistentes sólo toman el ejemplar entre sus manos, acaso lo ojean, y luego lo devuelven a su sitio: no tienen con qué comprarlo. Se quiebra la felicidad inicial, además, cuando pienso que en no menos de doscientos metros a la redonda están los sufridos que no tienen con qué pagar siquiera la entrada a la Feria, o los niños de la calle viviendo en las coladeras cercanas, o esos otros niños que apresuradamente y por una monedita limpian los parabrisas de los autos de aquellos que viven con algo más que lo “esencial”, entre otras muestras de la miseria ambiente acá y acullá. Así, en esos momentos se me ha ocurrido que si alguna vez obtuviese por alguna de mis obras uno de esos sustanciosos premios en metálico que otorgan ciertos concursos literarios, donaría una parte a las organizaciones encargadas de apoyar a los más desposeídos. Claro, es un decir, puesto que ya sabemos que casi todos esos premios –enfatizo: casi– están dados de antemano, influyen para su otorgamiento, más que los alcances de la obra en sí, el abolengo del autor, aun el trabajo de “lobby”, el cabildeo. Mas, sustento lo dicho.

Señora Elena Poniatowska, estoy seguro de que los cubanos, entre todos, los de un lado, los del otro, los que piensan igual y los que piensan distinto, en un día no tan lejano se pondrán de acuerdo para echar adelante al país, porque ingenio y voluntad sobran para tales fines; de modo que las penurias, la escasez material, el vivir con lo “esencial”, desaparecerán para siempre. Así, quedará fuera de lo posible que algún intelectual foráneo, que no vive precisamente con lo “esencial”, venga a alabar a los cubanos porque hayan aprendido “a vivir con lo esencial”. Algo así como el colonizador que alaba al nativo por esta condición, o como el visitante a una exposición de ornitología que alabe al canario porque es parco en el consumo de alpiste. No obstante, tal sentencia suya yo se la sigo atribuyendo al candor; sin embargo, me preocupa que otros quieran ver en ella un viso de cinismo o, al menos, un insulto, venido de cierto inconsciente paternalista, para el pueblo cubano.


 

© Félix Luis Viera : Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de UNEAC, 1976. Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas). Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba) y Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983, Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto 1997. Reediciones 2003 y 2005). Es Asistente Editorial de La Peregrina Magazine. Reside actualmente en México D.F.


VV.AA.
Situación de la poesía (por otros medios) a la luz del surrealismo.
Madrid, Grupo Surrrealista de Madrid, Fundació d´Estudis Libertaris i Anarcosindicalistes,
Traficantes de Sueños, Colectivo La Felguera, 2007.

por Álvaro Muñoz Robledano

 

 

Se recogen aquí las intervenciones durante las jornadas que, bajo el mismo epígrafe que el libro, se desarrollaron en Barcelona, entre mayo y junio de 2006. Esta nota, que debería ser una reseña, o cómo sea que llamen ustedes a lo que hago yo en estas páginas, es en realidad una elegía por mí, y por todos mis compañeros, que decíamos en los juegos infantiles. Porque he recordado al leerlo que la poesía no es un código debidamente regulado, con todo su bagaje de servidumbres y regalías y su escalafón debidamente registrado en los dietarios, ni es una doctrina con la que acomodarnos al traslúcido papel que nos ha tocado, ni es, en fin, una excusa para que inviten a una copa por cada tres consumidas, y, créanme, me gustaría ser menos ácido, menos críptico, y menos esdrújulo si me apuran, pero creo que todos nos entendemos. He recordado al leer estas intervenciones que, como ellos declaran, la poesía es una posibilidad de acción, una acción en proceso y el resultado de una acción revolucionaria, porque el descubrimiento de lo poético, la intervención en lo poético, la contemplación de la poesía y el saberse contemplado por ella, puede desatar el pensamiento, puede crear actitudes y deshacer espejismos, los espejismos de la vida en que, por nuestro bien, nos esforzamos en cercenar todas cuantas capacidades podamos, en convertir nuestro deseo en hipócrita, en creer que no debemos hacer otra cosa. Y lo declaran con lucidez, demostrando que la teoría es también pasión, que la reflexión no es esterilidad, sino una piqueta incrustada en el mundo, un instrumento de lucha al que hemos renunciado por cálculos mucho más oscuros que la mera cobardía. Ésta nota es una elegía porque he leído un libro y he recordado que una vez fui poeta.

A.M.R.

 

© Alvaro Muñoz Robledano Nació en Madrid en 1965. Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado los libros: “Fotografías junto al pecio” (Málaga 1991), “Hoteles” (Madrid 1996), y “Cuartel de Invierno” (Madrid 2000). Colaborador de ariadna-rc desde sus comienzos donde ha publicado su "Breve historia de la lucha de clases" (2003). Su último poemario "Salvoconductos" ha resultado ganador del III Premio Café MOn 2006.


Ángela Serna
Luego será mañana (en otra habitación)
Vitoria, Basoa, 2006

por Álvaro Muñoz Robledano

 

 

 

En abril de 2006 moría el poeta e hispanista francés Claude Esteban. A la semana siguiente, en un sólo día, el 16 de abril para ser exactos ,la poeta Ángela Serna, que esperaba conocer a Esteban pocas semanas después, escribió el largo poema que ahora nos ocupa, hilando fragmento tras fragmento entre los versos del poeta fallecido.

Hace falta mucha inteligencia, mucha entrega, mucho valor ante el encuentro que se avecina y que se sabe definitivamente fracasado, mucho amor a la palabra por lo que la palabra hace de nosotros, y amor al silencio por las preguntas que hace. Hace falta consciencia, hasta de lo inconsciente, para dirigirse al centro del dolor, de la estupefacción, y saber que también forma parte de nosotros.

Hay que ser verdaderamente poeta para escribir un poema así, para vivir así, incluso tan lejos del poeta muerto.

A.M.R.

 

© Alvaro Muñoz Robledano Nació en Madrid en 1965. Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado los libros: “Fotografías junto al pecio” (Málaga 1991), “Hoteles” (Madrid 1996), y “Cuartel de Invierno” (Madrid 2000). Colaborador de ariadna-rc desde sus comienzos donde ha publicado su "Breve historia de la lucha de clases" (2003). Su último poemario "Salvoconductos" ha resultado ganador del III Premio Café MOn 2006.


Memoria de la memoria de Isak Dinesen

por María Aixa Sanz

Debes dejar tu triste cantinela
Por otra más alegre.
Nunca vendré por piedad,
siempre vendré por placer.

En un noche cualquiera donde el invierno, la época y la hora invitan a refugiarse en el sofá del salón porque es noche cerrada y el día ya hace rato que terminó. Tuve ganas de dejar descansar el cuerpo y abrir los oídos y que por ellos me entraran las palabras de una historia como transportadas en un susurro.

Tuve ganas de que alguien me contase una historia por puro placer.

Y lo hizo la Baronesa Karen Blixen.

Sé que las personas somos el animal más ávido oyente de historias, somos el máximo receptor de ellas.

Un animal que siempre está dispuesto a que alguien le cuente una historia.

Por eso ella; la Baronesa Karen Blixen, que es una de las mejores contadoras de historias de toda Europa, se dispuso esa noche a hablar con palabras escogidas con dulzura y con tacto, conociendo que de su elección depende el sabor y la textura de la historia que se cuenta.

La Baronesa Karen Blixen prefiere una composición de palabras que den siempre un sabor melodioso al paladar, con diferentes matices e incluso con todos los colores.

La lluvia y la escritura: Teníamos muchos visitantes en la granja. En países de pioneros la hospitalidad es una necesidad de vida no sólo para los viajeros sino para los colonos. Un visitante es un amigo (…) Cuando Denys Finch-Hatton volvía de una de sus largas expediciones estaba ansioso por hablar y me encontraba a mí también ansiosa de lo mismo, así que nos sentábamos a la mesa del comedor hasta altas horas de la madrugada, hablando (…)

Empieza a escribir las historias que ha contado hasta entonces, al oyente, al visitante de su granja que quiere oír sus cuentos, por culpa de la lluvia, en su África, en el continente que tanto ama y en el que vive durante catorce hermosos y duros años, donde llueve de marzo a junio.

Un año las lluvias no llegan y ella emplea sus horas en rellenar hoja tras hoja, para vaciar su cabeza del tedio, de los problemas y llenar los espacios de tiempo con palabras que tengan algún significado:

“Pero cuando la tierra respondía como una caja de resonancia, con un ruido fértil y profundo, y el mundo cantaba en torno tuyo, en todas las dimensiones, por encima y por debajo, esa era la lluvia. Era como volver al mar cuando has estado mucho tiempo lejos de él, como el abrazo de un amante. Pero un año no vinieron las lluvias. Entonces fue como si el universo te diera la espalda. (…)

Por las tardes comencé a escribir cuentos de hadas y relatos fantásticos que me llevaban lejos, a otros países y a otros tiempos. (…) Cuando me levantaba y salía, afuera soplaba un viento insoportable, el cielo estaba despejado y engarzado de millones de duras estrellas; todo estaba seco.”

Pocas formas de escribir recogen tantos matices como lo hace la Baronesa Karen Blixen. Que ha su vuelta forzada desde África a Dinamarca convierte su vida en la de una escritora a la cual su memoria y su vida se han quedado ancladas en las puertas de Nairobi, cerca de Mombassa, en tierras africanas.

“Aunque yo sé una canción de África” -pensaba-, “de la jirafa y de la luna nueva africana tendida de espaldas, de los arados en los campos y de los rostros sudorosos de los recolectores de café, ¿Sabrá África una canción sobre mi? ¿Vibrará el aire en la llanura con un color que yo he llevado, o los niños inventarán un juego en el cual esté mi nombre, la luna llena proyectará una sombra sobre la grava del camino que será como yo, o me buscarán las águilas de Ngong?”

Karen Blixen escribe un poco todos los días, sin esperanza y sin desesperación. Un poco cada día en Dinamarca: ‘Memorias de Africa’, ‘Cuentos de Invierno’, ‘Vengadores angelicales’, ‘Anécdotas del destino’, ‘Sobras en la hierba’…

Palabras y palabras que se convierten en libros y más libros recogiendo, agrupando no solo su memoria africana sino también la memoria danesa, reconciliándose con su verdadero origen escandinavo. Aunque Karen Blixen siempre pertenecerá a África.

La Baronesa Karen Blixen que podemos conocer como escritora mediante su seudónimo de Isak Dinesen no hubiese existido de no haber vivido y sufrido en África. El universo no concibe un resultado diferente. Isak Dinesen es la suma de Karen Blixen más el continente africano. “El mundo no existiría sin las calles de Nairobi”, escribe en ‘Memorias de África’.

Si alguien se pregunta el porqué del seudónimo sencillamente es porque la Baronesa Blixen se cansó de enviar sus manuscritos en Dinamarca con su auténtico nombre y que nadie les diera cabida, hasta que utilizó el nombre masculino de Isak Dinesen con el cual se le abrieron las puertas del cielo literario.

Quien conoce sus obras sabe que sus narraciones nunca deberían acabarse puesto que te transportan tan suavemente, como un rumor de música que flota en el ambiente y te reconforta, entre susurros, en sueños y en el duermevela.

“La gente que sueña mientras duerme por la noche siente una clase especial de felicidad que no tiene el mundo diurno, un plácido éxtasis y una ligereza de corazón que saben como la miel. También siente que la verdadera gloria del sueño reside en su atmósfera de ilimitada libertad.”

Libertad, la misma libertad que le había dado África. La libertad y la vida mezcladas una vez más con la literatura y charlando de ésto con el escritor Gustavo Martín Garzo, me recomendó y elogió el cuento ‘El Festín de Babette’.

Y recupere desde algún lugar escondido en mi memoria las palabras del Señor Martín Garzo, ‘un cuento delicioso’ y vinieron, se acercaron a mi, esa misma noche a raíz de que la Baronesa Karen Blixen me estaba contando una historia.

Isak Dinesen (1885-1962), seudónimo utilizado por la baronesa Karen Blixen para firmar sus trabajos, nació en Dinamarca. Después de estudiar Arte se casó con su primo, con el que emigró a África para regentar una plantación de café. En 1931, la baja en los mercados internacionales del precio del café la obligaron a volver a Europa. Entonces empieza su segunda gran aventura: durante dos años se encierra en el dominio familiar y escribe Siete cuentos góticos. Los editores daneses e ingleses rechazan el manuscrito, y decide enviarlo a Estados Unidos bajo un nombre masculino. Es aceptado en 1934. Así nace Isak Dinesen, cuyo siguiente libro sería una de las obras cumbres de la literatura contemporánea: Memorias de África. Ya Truman Capote dijo de ella que era «una auténtica seductora; una seductora por conversación». No fue el único deslumbrado: sus libros han sido y son de lectura imprescindible para los mejores escritores, desde Hemingway a Cortázar.


© MARIA AIXA SANZ, (Alcalà de Xivert, 1973). Diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad Jaume I de Castellón.Debuta en el año 1998 en la literatura con el relato “Tetrarca del reino de la nada” que le abre las puertas editoriales para participar en diversas antologías colectivas de cuentos y revistas literarias. ‘EL PASADO ES UN REGALO’, la publicación de su primera novela en el año 2000 le otorga gran éxito de público, al que le acompaña en el año 2001, la publicación de la segunda novela ‘LA ESCENA’ . Su tercera novela: ‘ANTES DEL ULTIMO SUSPIRO’ aparece publicada en Otoño de 2006 en diversos formatos. Finalista del IV Certamen “Edisena” de cuentos Cortos-Cortos, con ‘Peregrinaje de un derrotado’. Publicado en el libro el Cuarto de los Cuentos. El relato ‘Lindo O. Santos’, en el año 2002 es escogido por la editorial Torremozas para representar a la literatura española en un libro de cuentos junto con otros ocho países de Hispanoamérica. Esta participación genera criticas extraordinarias que la dan a conocer en la prensa de América del Sur. En julio de 2006 aparece publicado el relato: ‘Nerina Rombaldoni’ en la internacional y prestigiosa revista Voces. Colaboradora fija con artículos sobre literatura en el periódico ‘Etcétera’ de Zaragoza desde el año 2001, distribuido por España, México, Argentina, Chile y Perú. Y en las revistas: ‘Dosdoce’, ‘Nemeton’, ‘Mainhardt’, ‘Almiar - Margen Cero’, ‘Literaturas.com’ y ‘Palabras Diversas’. Sus artículos para el fomento de la lectura también se publican en el periódico ‘Etc. Magazine’ de Buenos Aires, Argentina, en la web ‘Libreros’ de Caracas, Venezuela y la revista ‘Destiempos’ de México D.F.


Ser. Julio García
Escalera Grabaciones Intrépidas, 2007
www.juliogarcia.eu
por Pedro Díaz Del Castillo

A cuatro años desde la última entrega de Julio García, nos llega este magnífico "Ser" plagado de aciertos y de la música de alguién que a pesar de continuar en la trastienda de las listas comerciales, construye paso a paso un camino sólido y singular alejado de convencionalismos y los clones al uso que inundan el panorama de la música actual.

Desde sus comienzos con esas guitarras cristalinas alumbradas en "Cielo y Tierra", su música evoluciona enriqueciendose en cada disco. Ser es un nuevo escalón este brillante camino. Si ya "Alborada" se mostraba cargado de perlas y rico en voces y armonías, "Ser" es un trabajo compacto, serio y deslumbrante en su conjunto y sin embargo esconde un tesoro y un descubrimiento en cada canción. En él las guitarras ceden protagonismo a la composición que comparte en algunos temas con Carmen Ros, y a los arreglos, con lo que el conjunto se enriquece considerablemente. Al igual que en Alborada, la voz sigue estando muy presente junto a instrumentaciones más complejas y a la vez más luminosas. Julio se muestra más seguro en sus composiciones, y el preciosimo que con su guitarra suele afrontar cada canción, se traslada ahora a los arreglos vocales y al brillante trio de cuerda que le acompaña. Además de las voces de Julio (por vez primera) y Carmen Ros, colaboran en el disco Teresa Barrientos, Helena de Alfonso y Lara Rosales, voces muy personales cada una de ellas que arropan perfectamente las guitarras de Julio García y los cálidos sonidos de violín, viola y cello. De lujo al bansuri Javier Paxariño o al badoneon Fabian Carbone sobre los aires porteños compuestos por Julio.

Un trabajo altamente recomendable rebosante de serenidad pero a la vez prescindiendo de almíbares y armonías edulcoradas que tanto han emponzoñado en los últimos años el panorama de las llamadas nuevas músicas.

 

© Pedro Díaz Del Castillo (Madrid, 1962) Enfrascado en el aspecto estético de ariadna-rc desde sus comienzos, tiene el atrevimiento de insertar sus textos de tanto en tanto entre los pliegues de las ropas de ariadna, cosa que hace con sumo placer, humildad infinita y esperanza en que algún lector pueda disfrutar timidamente de ellos.

Desde el móvil perpétuo www.mpp2.org


México, tejado de vidrio
por Félix Luis Viera



Con mucha razón se quejan las autoridades mexicanas de los abusos, los maltratos, la explotación a que son sometidos los mexicanos que emigran hacia Estados Unidos; pero con suficiente cinismo callan los abusos, los maltratos, la explotación a que son sometidos, sobre todo, los inmigrantes centroamericanos y de otras nacionalidades que cruzan hacia el país por la frontera sur.

En sentido general, la política migratoria mexicana, en lo que se refiere a los inmigrantes ilegales, es caótica y violatoria de los más elementales derechos humanos. En el vasto México sólo existen 45 estaciones migratorias -razón por la cual muchos de los inmigrantes detenidos van a dar a la cárcel más cercana y aun a celdas de comandos militares-, y en todas, según los organismos encargados de estos temas, sobre todo la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) son violados los derechos de las personas allí recluidas al negarles asesoría legal, privarlos de contacto con familiares e individuos que quisieran ayudarlos, a lo que se suma condicionarlos a horarios de media hora o días preestablecidos por los autoridades para que los abogados puedan visitarlos.

Si vamos por sitios, este año la CNDH comprobó violaciones a las garantías de 199 indocumentados que permanecieron hacinados, sin agua y alimentos y sin acceso a servicios sanitarios en cárceles de Hermosillo y Caborca, estado de Sonora. "Una forma de presionar es tratarnos peor que a criminales", ha expresado Salvador Sanabria, presidente de la organización salvadoreña Rescate, la cual ha recibido en el último año aproximadamente tres mil quejas por violación a los derechos humanos de sus conciudadanos, de parte de autoridades mexicanas, en diversas estaciones migratorias y otros centros de reclusión del país.

De acuerdo con el propio Instituto Nacional de Migración (INM), la cifra de arrestos y repatriaciones en 2006 ascendió a más de 300 mil. Habría que agregar que los que no tienen la "suerte" de ser repatriados en un período relativamente breve, pues, lógicamente, acumulan más carga de insolencias y abusos. Recientemente, el consulado guatemalteco en Ciudad Hidalgo, Chiapas, denunció que por lo menos 10 inmigrantes del aquel país habían sido extorsionados por las autoridades mexicanas. Asimismo, aun perdura en la memoria el vía crucis de 66 cubanos, detenidos en 2005 en la estación migratoria de Fortín de las Flores, en el estado de Veracruz, que se declararon en huelga de hambre como protesta por el maltrato a que los sometían las autoridades del lugar.

El Gobierno mexicano se queja, lucha, gime porque el Gobierno estadounidense pretenda detener y deportar a los mexicanos ilegalmente establecidos en el país del Norte; sin embargo, aquí en México, diariamente, están deteniendo, deportando, abusando de quienes entran ilegalmente en el territorio nacional.

"En nuestro país se cometen los mismos abusos [que reciben los mexicanos en EUA] contra migrantes centroamericanos y hay silencio. Y es que mientras las autoridades mexicanas exigen que se respeten los derechos de nuestros paisanos, los centroamericanos detenidos en la frontera sur son tratados como animales", afirma en su editorial del 11 de febrero pasado el diario mexicano La Jornada. En este mismo texto se da a conocer que por esas fechas "fueron detenidos con lujo de violencia" unos 500 centroamericanos, entre ellos mujeres embarazadas, jóvenes y niños que padecieron el maltrato, a punta de macanazos, de los agentes mexicanos.

Si se le echa un vistazo a los centros de reclusión ubicados en la frontera sur, podremos comprobar las penurias a que son sometidas las personas allí retenidas en "verdaderos campos de concentración donde se pisotea la dignidad humana", agrega el editorial, que cita un dictamen de Amnistía Internacional en cuanto a la situación de los inmigrantes ilegales en México: "En todo el país existen prácticas de detención arbitraria e impunidad".

En febrero pasado, la CNDH documentó casos de maltrato físico y psicológico en otra ciudad, Saltillo, donde varios centroamericanos fueron golpeados, amarrados de pies y manos y encerrados durante varios días en un cuarto oscuro, por agentes del INM. Precisamente en Saltillo, según afirma Prensa Latinoamericana en su edición del 6 de febrero pasado, las historias sobre los abusos a inmigrantes resultan espeluznantes.

Durante años, a un costado de las vías ferroviarias los agentes del "orden" han actuado con total impunidad y aun han provocado la mutilación de miembros y la muerte de inmigrantes.

Y hasta ahora ninguno de los gobernantes mexicanos más recientes parece tener este problema en su agenda, ninguno lo ha mencionado; como si el drama no existiera, como si ellos no fueran responsables del drama; mientras, le dan más y más flama, no niego que con razón, a los desmanes que sufren los mexicanos que intentan entrar en Estados Unidos y los que ya se hallan en aquel país.

En este estado de cosas, los inmigrantes constantemente son víctimas de extorsión, robo -tanto de sus pertenencias como de sus documentos-, abusos físicos y psicológicos, mientras no son pocas las denuncias por la existencia de bebidas alcohólicas y drogas en las estaciones migratorias.

El Gobierno mexicano aboga por que no sean deportados sus nacionales que viven como ilegales en Estados Unidos; sin embargo, el Artículo 33 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga facultades a las autoridades para echar del país -de inmediato y sin que sea necesario juicio previo-, para decirlo tal como es, a quien no le convenga; no importa que el deportado se halle debidamente documentado para permanecer en territorio azteca. Así, esta suerte de as de espadas ha sido utilizada en más de una ocasión, a conveniencia de unos y otros "mandos", y de unos y otros países.

Cientos de mujeres y aun niñas de Centroamérica, tanto como los varones, son explotadas como trabajadoras en el sur del territorio mexicano; ellas también sufren las consecuencias de las leyes de un país que considera un delito la estancia de un extranjero sin documentos, a la par que su Gobierno exige que, otros, no midan a su emigrantes con la misma vara. En su reportaje "Padecen la ´mano dura´ mexicana. Mujeres y niñas centroamericanas ante el horror de la migración", aparecido en CimacNoticias el pasado 13 de febrero, María Guadalupe Gómez Q. narra algunas de las vicisitudes que sufren centenares de niñas y mujeres centroamericanas inmigrantes durante su estancia en el sur de México. La periodista narra un "operativo" llevado a cabo por varias agrupaciones policíacas (la Policía Federal Preventiva y la Agencia Federal de Investigaciones, entre otras) que detuvieron un tren de carga que transportaba a más de 500 personas en un sitio llamado Paraíso, en el municipio sureño de Arriaga. Según testimonian varios de los que hacían el viaje, en ambas orillas de las vías férreas los bien armados agentes del orden, después de detener el tren, les gritaron a su ocupantes que se bajaran; muchos de ellos se lanzaron desde los techos de los vagones y posteriormente fueron perseguidos y golpeados para hacerlos subir a las camionetas de las autoridades. Sin piedad, los agentes la emprendieron contra mujeres y niños; una salvadoreña, embarazada como de cinco meses, fue tironeada y golpeada con el propósito de que se dejara someter.

A una joven guatemalteca de 26 años fue necesario amputarle un pie, puesto que en el momento de caer, su extremidad quedó bajo la rueda del tren. El reporte oficial afirma que en total fueron arrestados 116 centroamericanos y un cubano, muchos de ellos con lesiones graves y menos graves como consecuencia de las golpeaduras, con macanas y garrotes o con leños lanzados a distancia, de que fueron objeto para que se bajaran del tren. Lo que no dice el reporte oficial es cuántos hombres y mujeres resultaron heridos o lesionados. Eso sí, según la reportera, la Secretaría de Gobernación afirma que se trató de un operativo en el cual se respetaron los derechos humanos de los inmigrantes.

En el mismo reportaje, Gómez Q. relata el caso de la niña guatemalteca Kimberly Mariceli, de 12 años de edad, detenida y asegurada en la estación migratoria de Tapachula en enero de este año, junto con su padre y su hermano, luego de que los tres cruzaran la frontera por este sitio. El padre y el hermano de la niña habitualmente trabajaban como albañiles en Huehuetan; la niña era la encargada de cocinarles los alimentos. Pero el 22 de enero, inesperadamente, los detuvieron y separaron a la niña Kimbery de su dos familiares. Así, ella permaneció varios días retenida en la estación migratoria sin que, por mucho que preguntara por su padre y hermano a los policías y empleados del INM, éstos le dieran razón de ellos. El día 24 de enero le comunicaron a Kimbely Mariceli que su padre y su hermano, también menor de edad, ya habían sido deportados sin que les permitieran comunicarse con ella.

El sacerdote José Alejandro Solalinde, de la Diócesis de Tehuantepec -y seguimos citando el reportaje de Gómez Q.-, ha manifestado a la prensa nacional que nada se gana con que "estemos haciendo llamados a las autoridades para que acaben con esta situación, pues los mismos policías y funcionarios están en contubernio con los secuestradores para impedir que los centroamericanos lleguen a su destino, despojándolos de su dinero, en muchas ocasiones de su salud y hasta de la vida". Hoy se sabe que el 90 por ciento del trabajo doméstico en Tapachula, Chiapas, es realizado por inmigrantes indígenas guatemaltecas, que en la mayoría de los casos reciben poco dinero y mucha presunción de parte de sus "señoras". De acuerdo con la periodista Carolina Velásquez, también de CimacNoticias (30-05-05), una investigación del Centro Fray Matías Córdova, defensor de los derechos humanos de los inmigrantes en Chiapas, confirma que los empleadores se aprovechan de las niñas indígenas de origen maya, en su mayoría de 12 o 13 años, par pagarles entre 500 y 700 mensuales (de 45 a 65 dólares aproximadamente), imponiendo el contrato de trabajo "de palabra", el cual "estipula" una jornada laboral que comienza cuando está por amanecer y termina con la puesta del sol, de lunes a sábado, ambos inclusive; pero cuentan con el "aliciente" de que les permiten usar servicios sanitarios, un sitio para dormir y le proporcionan alimentos. La investigación del Centro Fray Matías, que tomara como base a mujeres indígenas guatemaltecas de 13 a 45 años y que realizan trabajos diferentes, advierte que "la trabajadora no se considera sujeta de derechos y sólo asume su labor como un conjunto de obligaciones". Asimismo, más de la mitad de las empleadas domésticas se atrevieron a confirmar que han recibido algún tipo de maltrato en las casas donde han laborado. "El escenario en que se mueven es de indefensión y explotación", afirma el estudio. "Situación que provoca la violación sistemática de sus derechos laborales, que se agrava por la inexistencia de autoridades y otros organismos que las defiendan".

Pero lejos de las zonas campestres, de las fronteras, del México aun medio selvático que padecemos, y que padecen sobre todo los que allí viven, se encuentran las oficinas del Instituto Nacional de Migración. Yo sólo conozco las del Distrito Federal, adonde, ya podemos decir antaño, debí asistir no pocas veces para poner mis documentos en regla. Por aquellas fechas hallé caras, corazones amables, pero también expresiones y sangres ponzoñosas; estas últimas, en mi opinión, impulsadas por ese motor que tienen algunos seres humanos para disfrutar sus cinco minutos de poder ante un extranjero tercermundista, un tipo de por ahí abajo, un perdedor quizás en su tierra. En conclusión, encontré sonrisas, cordialidad, pero asimismo el desdén: lánguidas, ausentes miradas de un funcionario o una funcionaria hacia una ventana cuando las palabras iban dirigidas hacia mí; y en otras ocasiones sentí ese escalofrío de quien se haya delante de un o una subnormal que sin duda se pudre viendo telenovelas y deja de atender sin previo aviso al "extranjero"- como si éste no estuviera frente a él o ella esperando una respuesta o exponiéndole una razón-, para contestar al teléfono y hablar durante 10 minutos sobre la cita para una comida a las seis de la tarde.

Y por lo que me acaba de contar un amigo (digámosle Juan K., para no perjudicarlo) hoy en día en esas oficinas hay gentes como aquellas, unas amables, otras gozadoras del prójimo dependiente.

Cierto es que los cubanos ya van siendo sospechosos ("emigrantes en potencia", les dicen) ante cualquier aduana u oficina migratoria. "Dentro de poco tendremos que pedir visa aun para visitar una isleta deshabitada", ha sentenciado Juan K. Pero lo cierto es que Juan K. es ciudadano mexicano por naturalización, más lleva un pecado: permanece casado, desde hace 11 años, con una cubana residente en aquella isla. No tuvo suerte mi amigo al comenzar las gestiones para que su esposa viniese a acompañarlo. El licenciado que le tocó en suerte en el Instituto Nacional de Migración es uno de aquellos que, al parecer, desconfía en exceso de la honestidad de los cubanos -o más bien de una cubana en este caso, porque ya lo dije, Juan K. es mexicano- y tiene a mi amigo en ascuas. Qué licenciado este, repite Juan K. a cada rato en sus conversaciones telefónicas conmigo. Juan K. entregó a tiempo y en forma todos los requisitos que se hallan en la lista según la gestión que iba a realizar, pero al licenciado no le bastó. Pidió más. ¿Por qué más?, iba a preguntar Juan K., pero se calló como se calla el hombre que sabe que está en desventaja. Pero quizás el licenciado le leyó el pensamiento: "Lo que pasa es que los cubanos [o sea, la mujer de Juan K.] son Nacionalidad Restringida", agregó el licenciado. Hasta ahí nos han llevado, hasta esa poca cosa somos, pensó Juan K., pero no lo dijo y posteriormente llevó más documentos, fotos, mensajes electrónicos, recibos de teléfono, fotocopias y más fotocopias... En fin, todo lo que le iba pidiendo el licenciado basándose en que ellos, el INM, pueden pedir más y más cuando no están seguros de que la verdad es verdad.

Y así anda Juan K., con la sensación de quien cruza la cuerda floja sin malla protectora mientras lleva y lleva documentos y el licenciado, por medio de una auxiliar, como una suerte de telegrafista, le va pasando a Juan K. todo lo que hace falta para seguir adelante. "Como si estuviera solicitando que mi esposa entrara en el Paraíso, no en la ciudad donde las cúspides y las simas se muerden entre sí, en la ciudad de la cochambre a la alza (...) donde uno sale a la calle a trabajar y no puede apostar a que regresará vivo o por lo menos invicto ante los asaltantes (...) oye, como si estuviera solicitando que ella entrara al Paraíso, no a este país donde en un punto y otro los asesinatos y los encuentros a balazos se parecen cada vez más a una guerra civil..."

Así hace su catarsis Juan K. (sólo maldiciendo el lado oscuro del asunto, como suele ocurrir), sin que lo sepa el licenciado, claro. Pero es que el licenciado tiene razón, le digo a mi amigo. Él, el licenciado, está ahí para no dejarse pasar una bola en falso, para que el orden se cumpla; él, el licenciado, aunque abajito, como dicen por acá, también forma parte de un Gobierno que lanza piedras al tejado del vecino sin darse cuenta, o sería mejor decir, sin "querer" darse cuenta, de que su tejado es de vidrio.

 

 

© Félix Luis Viera Poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la UNEAC*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba) y Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986. ) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2003) y la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005). El Premio de la Crítica es el mayor reconocimiento que recibe un libro en Cuba. Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Varias de sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de diversas antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió diversas distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. Su más reciente novela, Un ciervo herido -que aborda el tema de las Umap, eufemísticamente llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción y, en realidad, campos de trabajos forzados establecidos en Cuba en la década de 1960-, ha recibido un notable reconocimiento de la crítica y de los lectores y ha circulado en España, Puerto Rico, México y otros países; durante cinco meses estuvo entre los libros más vendidos en Miami y recientemente ha sido traducida al italiano por la editorial L´Ancora del Mediterráneo. En Italia ha sido objeto de un notable reconocimiento de la crítica especializada, así como de los lectores. Recientemente ha concluido su novela El corazón del rey, que refleja los primeros pasos de la instauración del socialismo en Cuba, en la década del 60, y actualmente trabaja en el poemario La patria es una naranja, inspirado en la añoranza de su tierra natal y en sus vivencias en México, donde radica desde 1995. En México, ha colaborado en diversos periódicos con artículos de crítica literaria y de contenido cultural en general, ha impartido talleres literarios y conferencias, y asimismo se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones periódicas.*Unión de Escritores y Artistas de Cuba. (Colaboración. La Nueva Cuba)


‘Crónica de Dalkey’, Flann O’Brien el gran embaucador
por María Aixa Sanz

 

NORDICA LIBROS ha colocado en los anaqueles de las librerías este mes de mayo de 2007, una gran novela excelentemente editada.

Se trata de la última novela que escribió Flann O'Brien, publicada en 1964, dos años antes de su fallecimiento a los cincuenta y cinco años de edad. La novela es: ‘CRÓNICA DE DALKEY' y en ella una vez más se demuestra que FLANN O'BRIEN era una gran embaucador.

Con la sola incursión en las primeras líneas se intuye que ‘Crónica de Dalkey' no pasará inadvertida en la vida del lector y probablemente se convertirá en una obra a la que se recurrirá cuando le venga en gana releer, complacerse y divertirse.

Ya desde esas primeras líneas Flann O'Brien embauca y te lleva a la población de Dalkey como un turista de primera, seduciéndote con la descripción del pueblo y sus calles, siendo tal su sugerencia que nos recuerda a la descripción de un cuerpo humano desnudo y admirado.

Embauca como solo embaucan los mejores contadores de historias.

Así pues ‘Crónica de Dalkey' se nos presenta como un pastel delicioso que invita página tras página a instalarse en la novela y quedarse a vivir allí por un tiempo. Un tiempo indeterminado.

O'Brien dibuja el paisaje de Irlanda, su cielo, su mar, su aire, su sosiego, a través de unos personajes irlandeses, dos de estos personajes encarnan a la perfección el mito de la ociosidad común de los irlandeses, “Nunca le robes la mujer a otro ni tampoco eches agua a su whiskey” con los cuales atravesamos por situaciones disparatadas que el lector en todo momento desconoce en que van a desembocar, mediante unos diálogos rápidos, amenos, ágiles y mordaces que instalan una sonrisa perenne en los labios del lector y que se agradecen en todo momento.

En ‘Crónica de Dalkey' se mezcla intriga y teorías.

Cabe reseñar el especial cuidado a la hora de elegir el lenguaje de los personajes, se nota que el escritor se esmeró, en cuidar esta faceta, así como la cantidad de ironía que otorga a cada secuencia. Secuencias que se escenifican en la mente del lector con gran facilidad. O'Brien se propone en la novela narrar la hipótesis de poner el mundo patas arriba, descreer de lo que se cree y desbarajustar cualquier teoría ya sea de Galileo, Eisntein, Copérnico, Descartes, incluso de la Biblia y los Evangelios, mediante la exposición de las teorías y situaciones del personaje llamado De Selby, teólogo y científico.

De Selby, es un extraño personaje, con extrañas teorías: “El tiempo es un espacio lleno, inamovible, inmutable, ineluctible, irrevocable, una condición de éxtasis absoluto (…)El tiempo no pasa”, a las que se le suman extrañas propuestas y extrañas apariciones, además de surrealistas conversaciones, que traen de cabeza a la pareja de irlandeses: Mick y Hackett, que creen que detrás de la personalidad de De Selby se esconde alguien peligroso, y poco a poco van involucrando a otros singulares personajes de la comunidad irlandesa.

Ante nosotros tenemos una novela de una amenidad deliciosa y de un ironía ácida, en la que nada parece lo que en principio se cree, y en la que todo resulta posible. ‘Crónica de Dalkey' es una aventura constante por la que deslizarse sin limites y sin esquinas.

Cuando encontramos un texto en el que todo puede ser real y posible, tenemos un texto de un gran embaucador. Arriésguense a probar la pócima de Flann O'Brien ahora que la editorial Nórdica Libros nos la ha puesto a nuestro alcance. Tal como dice el personaje De Selby sobre Descartes: “(…) He escrito majaderías, luego existo (…).”

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Flann O'Brien (Brian O'Nolan, Strabane, Tyrone, 1911-Dublín 1966). Escritor irlandés. Trabajó para la Administración Pública desde 1935 hasta 1953. También colaboró durante 26 años en el Irish Times con el seudónimo de Myles Na Gopaleen, donde escribía mordaces artículos sobre la política de su tiempo. Utilizó varios seudónimos ya que al ser funcionario no le fue permitido escribir con su nombre. Se trata de uno de los escritores más importantes y originales de la lengua inglesa. Sus libros fueron alabados por Samuel Beckett y James Joyce, quien, ya prácticamente ciego, leía sus novelas con la ayuda de una lupa.

En 2007 Nórdica Libros publicará The Dalkey Archive, última novela escrita por Flann O'Brien y hasta la fecha inédita en castellano.

En el libro El canon occidental, del famoso crítico literario Harold Bloom, aparecen El Tercer Policía y The Dalkey Archive como dos de las obras más importantes de la literatura en lengua inglesa.

 

© MARIA AIXA SANZ, (Alcalà de Xivert, 1973). Diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad Jaume I de Castellón.Debuta en el año 1998 en la literatura con el relato “Tetrarca del reino de la nada” que le abre las puertas editoriales para participar en diversas antologías colectivas de cuentos y revistas literarias. ‘EL PASADO ES UN REGALO’, la publicación de su primera novela en el año 2000 le otorga gran éxito de público, al que le acompaña en el año 2001, la publicación de la segunda novela ‘LA ESCENA’ . Su tercera novela: ‘ANTES DEL ULTIMO SUSPIRO’ aparece publicada en Otoño de 2006 en diversos formatos. Finalista del IV Certamen “Edisena” de cuentos Cortos-Cortos, con ‘Peregrinaje de un derrotado’. Publicado en el libro el Cuarto de los Cuentos. El relato ‘Lindo O. Santos’, en el año 2002 es escogido por la editorial Torremozas para representar a la literatura española en un libro de cuentos junto con otros ocho países de Hispanoamérica. Esta participación genera criticas extraordinarias que la dan a conocer en la prensa de América del Sur. En julio de 2006 aparece publicado el relato: ‘Nerina Rombaldoni’ en la internacional y prestigiosa revista Voces. Colaboradora fija con artículos sobre literatura en el periódico ‘Etcétera’ de Zaragoza desde el año 2001, distribuido por España, México, Argentina, Chile y Perú. Y en las revistas: ‘Dosdoce’, ‘Nemeton’, ‘Mainhardt’, ‘Almiar - Margen Cero’, ‘Literaturas.com’ y ‘Palabras Diversas’. Sus artículos para el fomento de la lectura también se publican en el periódico ‘Etc. Magazine’ de Buenos Aires, Argentina, en la web ‘Libreros’ de Caracas, Venezuela y la revista ‘Destiempos’ de México D.F.


Ernesto Cardenal y su “Oración por Marilyn Monroe”
por Carmen Goimil

 

El hombre siempre ha necesitado comunicarse con el otro, y lo ha hecho de dos formas: mediante el lenguaje escrito y oral. Ha deseado compartir ideas, sentimientos, pensamientos, ideales, conocimientos, vivencias, y se ha valido del lenguaje escrito para este fin. De ahí que muchas veces se concibe una complicidad con el lector con quien se inicia dicha comunicación, debiendo existir ciertos parámetros: un emisor, un mensaje que se transfiere y un receptor ávido.

Importa diferenciar que la lengua escrita no significa literatura. Parafraseando a Sartre nos preguntamos: ¿Qué es la literatura? Castagnino afirma: “Literatura es arte de imaginería y opiniones sugeridas por la palabra creadora”... “La Literatura usa la palabra como medio de comunicación común entre los hombres, pero obedece a móviles propios y su sistema constituye la lengua literaria o poética.”

El lenguaje literario crea un universo, estimula la imaginación y transforma al lector en un visionario porque recrea situaciones, sentimientos, recuerdos...Reencuentra tiempos perdidos y nos introduce en laberintos imaginarios. “No existe arte, y en particular, no existe poesía sin imagen”, según los formalistas rusos.

La poesía, lo mismo que la prosa, es, ante todo y sobre todo, una cierta manera de pensar y conocer. Comunicándonos conoceremos corrientes, movimientos, autores...Cada uno de los lectores hará una interpretación, por lo que seremos tantos “autores” como lectores, siguiendo la propuesta de obra abierta de Humberto Eco.

La “Oración por Marilyn Monroe” pertenece a Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense y Ministro de Cultura durante el gobierno sandinista. Autor de “Salmos”, “La hora cero” y otros, dedica este poema a la conocida estrella de cine Marilyn Monroe (1926-1962); toda su obra es un intento de desenmascarar la sociedad consumista en la que, según Cardenal, estamos inmersos.

El poema se inicia con una invocación; es una oración: no podemos olvidar que orar es desear pero con pasión, es la expresión radical de todo anhelo. En este caso el anhelo es que el Señor reciba a Marilyn Monroe; inicialmente se destaca el reconocimiento popular, creando la inquietud en el lector sobre cuál es su verdadera identidad, conocida solamente por el Supremo: “aunque ese no era su verdadero nombre/ (pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita...)”

Desde el inicio Cardenal utiliza un lenguaje coloquial, accesible a cualquier lector, mostrando la verdad de su existencia, contaminada por elementos de crudeza, soledad, autodestrucción. La comunicación de sus sueños que debían alejarla de la monotonía de la vida cotidiana, la condujo a una existencia sin sentido, vacía. Acceder a la 20th Century Fox era llegar a la cumbre de los sueños. Este es uno de los temas característicos de la lírica del siglo XX, así como el tratamiento de temas como el psicoanálisis, los tabúes, la incomunicación, la psiquiatría, los sueños...

Ella soñaba ser admirada, reconocida y allí la 20th Century Fox es la meta culminante: “Como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine./ Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).” En realidad la 20th Century Fox simboliza la sociedad consumista que aniquila los sueños y anula los espíritus. Se observa aquí el verdadero sentimiento religioso del autor, el amor a Dios, y el amor al prójimo. Cardenal trasluce a lo largo de su poesía la esperanza de un nuevo mundo, sin contaminación de “pecados y radioactividad.”

El autor destaca una y otra vez la ingenuidad del personaje, el deseo de cambiar de vida. Sin embargo, la actuación se transformó en martirio, “ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.” En este enfrentamiento entre sueño y realidad, triunfa la masa egoísta y mediocre de una sociedad que anula y arrasa sin preguntar deseos ni considerar individualidades.

Para Cardenal su vida fue una constante oposición entre las fantasías irrealizables y la vida mundanal que la agobia y no le sirve para vencer la soledad.
El final de la joven confirma su soledad, su aislamiento emocional “La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono./ y los detectives no supieron a quién iba a llamar” La invención poética de marcar un número telefónico encierra un profundo significado porque muestra que aún en la hora de su muerte no hay comunicación posible. El poema expresa el deseo que haya alguien al otro lado del cable telefónico que haga que esta vida no sea un espacio sin sentido.

“Señor
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
contesta Tú el teléfono!”

La esperanza de Cardenal de que Dios esté dispuesto a contestar el llamado, significa acoger también a este ser humano en su desesperación y con su soledad, su interés por un destino individual. En la historia personal de Marilyn Monroe aparece nuestra sociedad actual: se ve que el deseo de ser admirado y de vivir con lujo no era su verdadero objetivo, eso no alcanzaba para superar su soledad.

 

 

© CARMEN GOIMIL nació en San José, Uruguay en 1966. Es Profesora de Literatura, egresada del Instituto de Profesores Artigas (I. P. A.) y actualmente se encuentra en el grado 5 del Escalafón Docente. Integró Tribunales de Concurso por Efectividad en Literatura en el año 2004, y fue Jurado en el segundo y tercer Concurso Infantil de Cuentos en San José en 2003 y 2004. Actualmente es docente de Bachillerato Diversificado y de Primer Ciclo en su ciudad natal. También trabaja en Docencia Indirecta (Adscripción) en el Liceo Nº 2 , Prof. Héctor Almada.


Juan Peña. Los placeres melancólico.
CEDMA, 2006

por Amparo Sandoval

 

 

Poeta de línea clara y sencilla, la poesía de Juan Peña no necesita impostar la voz, ni hacer uso de ese tono cavernoso y ululante que habitualmente caracteriza a la poesía. El autor de Los placeres melancólicos nos habla en ese tono cordial y cotidiano con que nos hablaría nuestro mejor amigo. En estos poemas descubrimos esa sensualidad que, por desidia o hastío, tantas veces habita adormecida en los sentidos. Libro profundamente vitalista, no deja de tomar conciencia de la esencia frágil y precaria de todo gozo. De ahí la remansada y serena avidez con que estos versos nos animan a degustar la vida. En muchas de estas páginas hallamos también inusitados puntos de vista desde los que cuestionar ideas que, por pereza o automatismo, damos por indiscutibles. Buen ejemplo de ello hallamos en el poema, de huxleyano título, Un mundo feliz, que nos ofrece una insólita y lúcida interpretación de la televisión basura. Toda una lección de la mejor poesía, esa que purifica y aviva la mente y los sentidos.

 

 

© Amparo Sandoval




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