BREVE HISTORIA DE LA LUCHA DE CLASES
por Álvaro Muñoz Robledano


i m p r i m i r 


v o l v e r

 


— Pero este barco no puede hundirse
— Está hecho de hierro, señor. Le aseguro que sí puede

(James Cameron. Titanic)

 


 

DEMÓTICO

 

entrar

como un intruso

en el insomnio

 



 

BAELO CLAUDIA

 

no sabemos qué viento o qué marea

enterró esta ciudad

dejando a la intemperie las columnas

como relojes blancos

 

 


 

MANCHAS DE TINTA

 

Aquel mar de los mapas escolares
José María Álvarez

 

ella recorre las fachadas leyendo las placas en

          que quedó la memoria de todos los fomentos

          nacionales

el de la extenuación

el de la quimera

el del trigo

el de los labios agrietados

yo en el centro de una plaza negra rompo las

           páginas de un tebeo caen al suelo rostros cercenados

y diálogos incompletos

de Max Audaz

del Coronel Furia

de Rip Kirby

me gustaría hablarle de los nombres imposibles de

           las ventanas que parecen mostrar sus

          dientes de este crepúsculo hecho de zarzas

se hace tarde

la autovía queda lejos

también en el tiempo

 

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(puedo contemplar cuanto no tengo como si

        observara una fotografía al trasluz

ver como se disgrega el callejón de cada momento

el callejón de armarios y tazas, de relojes y cromos

       cuarteados

el día llega por este lado y envejece en unos

       minutos, anhelante de sombras

hay algo de océano en la ventana a pesar de la

       lejanía

a veces creo que puedo contemplar la marea su

       danza)

 
 

 

HOTELES


¿Cuál es la enfermedad?
¿la memoria, o la memoria recién descubierta?

(de un poema anterior)

cuando termina el baile sólo quedan

máscaras en la papelera chales

que no apartan el frío una corbata

en el bolsillo de la gabardina

un cigarro de más y las monedas

una a una en la máquina su silencio

señor

gracias



 


 

LAS VIEJAS PELÍCULAS

 

y te contemplaría con el gesto

que guardo todavía

desde la última vez en que te vi

 

 

PIERRE MENARD

 

el cesto del mendigo es su silencio

es el vagón del metro y es el túnel

los rostros se reflejan en los rostros

no hay próxima estación sino palabras

anegadas de niños y segunderos

tal vez

las palabras que escribo en este instante

 

 

CREDO

 

Todo es tan estúpido como un bolero
Guadalupe del Hierro

 

bajar los ojos cuando entra en el bar

un viejo compañero de instituto

terminar la cerveza a toda prisa

y marcharse saber que me agradece

la ficción de los versos olvidados

no volver la cabeza

todo ello constituye un flagrante

ejemplo de demagogia

 

 

TERESA, EN LA PLAYA DE LA GRIEGA, CON TIEMPO INCIERTO

 

en el recuerdo está sola no quiere

pisar la arena observa el aguacero

que cerca la bahía y cuenta en lluvia

las tardes ha obligado en el recuerdo

a callar algo guarda entre sus manos

como si lo guardado fuera ausencia

no sé en el recuerdo desde dónde

la contemplo

 

 

 

ESCRITO AL PENSAR EN ALBERTINA Y SU SILENCIO

 

la procesión de orugas por un falso

Bosque de Bolonia aplastadas

a cada paso velos que suplantan

los muebles y tapices después de años

de expolio el salón sin invitados

desde que ella murió mientras escribo

en la barra de un bar desaparece

cada fotografía cada vaso

ajeno y sucio

el tiempo

su maldita palabra en propiedad

 
 

 

ÁLVARO MUÑOZ BEBE


¿Qué es lo contrario de la Historia?

Bernard Henry-Levi

 


el infierno es de zinc

desaparece y duele

aparece de nuevo

y es de nuevo dolor

bastan cuatro palabras

para habitar en él

hola adiós quieto casa

hay un reloj

una frasca vacía

una mano del hijo

que guarda la tortura

de monedas y fósforos

de tabaco y vinagre

de mediodía aún

 
 

 

POEMAS PERDIDOS DE PAUL CELAN

 

sentado frente a mí en una mesa

al sol canturreando algo de Montand

mientras bebe su amèr y fuma negro

todo para decirnos que no es uno

de nosotros ni yo tantas canciones

como dientes caídos de los niños

o dientes arrancados no los míos

ni mi piel ha pedido otra copa

el mediodía es justo con los dos

sabemos él y yo que las muchachas

nos desean muchachas de vestidos

sin tiempo de retales que esperábamos

como chocolate y sal en nuestro plato

como las palas limpias y las máscaras

para la higiene de los asesinos

él y yo mediodía y aperitivo

tal vez sea imposible no escuchar

su voz de jabón y agua caliente

su voz de cigarrillos de estraperlo

y poemas surrealistas de acuarelas

que salen a subasta deberíamos

beber juntos al fin y al cabo quise

matarte y tú ignoras por qué

escapaste de mí deberíamos

beber juntos la víctima indemne

y un simple funcionario en la barbarie

ignorante de sus creencias salvados

por esta copa azulada deberíamos

beber juntos pues yo soy una parte

de tu belleza tal vez la canción

del día después soy tu propio nazi

tu necesidad tu lengua hasta que sepas

cómo morir de una vez

 

 

LEJOS

 

la ventana es el mar un cartílago

de silencio engastado en un dije

que ella colgará en su pulsera

cuando dibuje sobre su vestido

el vestido que debe llevar hoy

 

 

 

 

(de donde venga el viento es también ciudad

las ferias de vinagre y norias quietas a mediodía

las casas de una planta donde se arracima el presente

las fábricas invisibles

los centros comerciales

las puertas combadas

los autobuses de tres cifras

a los que suben mujeres y memorias de mimbre

las tapias rematadas con cristal de botella

las monedas en el bolsillo por crepúsculo)

 

 

MENÚ DEL DÍA

 

La memoria no tiene nada que ver con esto

el fondo del plato

el pan desmigado

las colillas apagadas en la salsa

el viejo que come y tiembla sin mancharse

sin comer

el viejo sin más rostro que su rostro de hijo único

el coñac barato

el puro barato

el tiempo

tan baratamente vendido de cada uno

sentarse aquí es convertirse en otra mesa vacía

descubrir que una posguerra no termina nunca

yo podría ser ahora mi padre

podría ser miércoles a fuerza de platos vacíos

de botellas llenas con restos de botellas

a fuerza de llover

y llover

sin memoria

 

 

SOL DE AGUA

 

La opacidad del aire el reflejo

dorado en los tejados de pizarra

la luz al esconderse de la luz

como en un laberinto el aguijón

del viento en las botellas y los ojos

tal y como mi madre me enseñaba

cuando el domingo era un presentimiento

y las manos fingían el otoño

que ahora nos circunda el mismo otoño

en que nos escondemos de nosotros

mismos hasta que cae por fin la lluvia

hasta que caen por fin tantas palabras

que fueron máscaras tantas palabras

que ya no encuentro

 

 

 

 

(nunca he amado como amo ahora

en un reactor desguazado

en una calle sucia

de noche

mientras cae la lluvia grasienta de las ciudades

y noto en los bolsillos las monedas

en la boca el sabor del cobre

mientras me acerco a mi casa

hablo con ella por el móvil

y me dice que la cena está preparada

que los niños me esperan para acostarse

su voz es mi ropa raída

un altavoz de felpa cuarteada

yo callo

y callan mis manos

que no saben esconderse)

 

 


Todos los espejos
amenazan ruina

(Jonio González)

 

hay demasiada gente sentada al cabo del día

como diafragmas cerrados

como labios tachados por el carmín


 

© Álvaro Muñoz Robledano 2003
lovat@ariadna-rc.com


 


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